La tierna foto de estos dos perritos abandonados ha generado una masiva reacción de compasión y ternura en China. (Si, ya sabemos, también comen perros, pero se trata de un país muy grande y eso sólo ocurre en algunos lugares).

Según consigna NetEase, ambos perritos estaban abandonados en la calle y pasándolo muy mal, pero afortunadamente se han convertido en mascotas de un templo budista.

Tal como se aprecia en las fotografías, el mayor de los dos perros no se muestra al principio muy confiado, debido seguramente sus malas experiencias con las personas. Por eso busca cuidarse las espaldas en un rincón, y jamás deja de proteger al su pequeño amigo.

Finalmente, ambos entendieron que estaban entre amigos y se permitieron bajar la guardia.

Los internautas chinos comentaron largamente el caso a través de Weibo, la red social más popular del país.

Entre los numerosos comentarios, no faltaron los que se preguntaban cómo iban a hacer los monjes para alimentar a sus mascotas, ya que los religiosos no comen carne, pero los perros sí.