Los objetos, listos para colocar dentro de las populares golosinas, ocuparon una amplia franja costera de la isla de Langeoog, en Baja Sajonia.

En un comunicado emitido por la Policía local y reproducido por el periódico Der Spiegel, se apunta que los huevos plásticos provendrían de un barco que se vio envuelto en una tormenta durante la pasada navidad, perdiendo parte del cargamento.

Las autoridades locales trabajan en la recolección de estos residuos, procurando hacerlo antes de que el viento y las mareas los arrojen nuevamente al mar, donde pueden ser un peligro para la fauna.

El acontecimiento llamó la atención de todos los residentes, que inundaron las redes sociales de imágenes.