Son las diez de la mañana y los comensales de una cafetería en Chantilly se demoran en las apacibles mesas, entregados a la tibieza de un sol otoñal. Podríamos seguir un buen rato con mala literatura, pero un hecho intempestivo llega al rescate: un caballo encabritado ingresa al establecimiento y provoca estupor y miedo en los presentes.


Según medios locales, el animal se había escapado de unos establos cercanos, a donde se lo condujo de regreso poco después, y nadie resultó herido en el incidente. Se ignora qué pidió el caballo para desayunar.