La historia comenzó cuando la londinense Rebecca Atkinson lanzo en la plataforma Change.or su campaña "Toy like Me" (Juguete como yo), donde pretendía que el conocido fabricante de juguetes tuviera en cuenta a los niños discapacitados a la hora de crear sus nuevos productos.

"Hay 150 millones de niños con discapacidad en todo el mundo. Sin embargo, estos niños están llegando a un mundo donde se ven excluidos o tergiversados una industria que existe para crear su entretenimiento, los objetos que alimentan su desarrollo, la parrilla de largada de la vida: ¡Los juguetes!", escribió Atkinson en su pedido.

La campaña reunió más de 20.000 firmas, y llamó la atención de la compañía juguetera, o al menos eso indica la aparición de un muñeco en silla de ruedas presentado por Lego en la Feria del Juguete de Nuremberg, Alemania.

Varias organizaciones de beneficencia saludaron con entusiasmo el nuevo producto, y Atkinson se mostró feliz con el logro, que definió como "un paso hacia el fin de la marginación cultural", y un avance significativo "para todos los niños del mundo, discapacitados o no", informa The Independent.

Emma Owen, portavoz de Lego, confirmó que "habrá una silla de ruedas en la gama Lego City, y estará disponible a partir de junio de este año."

Pasca Lane, miembro de la organización de beneficencia Scope, que trabaja con personas minusválidas, espera que la decisión de Lego marque un cambio en las actitudes de la industria hacia los niños discapacitados. "Muchos padres nos dicen lo importante que es para sus hijos tener juguetes con los que puedan identificarse, porque construye su confianza, autoestima y el sentimiento de ser incluidos en la sociedad."