Este martes, el anuncio ruso del descubrimiento de una vacuna contra la Covid-19 generaba sensaciones encontradas. A la alegría y el optimismo de unos, se oponían las dudas y recelos de otros, incluida entre estos últimos la Organización Mundial de la Salud.

Esta mañana, Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología, declaraba a la emisora COPE que él no se aplicaría la vacuna rusa, por la razón de que no me dejaría inyectar algo que no conozco", haciendo referencia a la poca información que la comunidad científica internacional posee sobre el desarrollo de esa inmunización.

Más receptivo se mostraba el presidente filipino, quien agradeció a Rusia el ofrecimiento de la vacuna para su país, y aseguró que será el primero en remangarse ante la jeringa.

Lejos del ajedrez político -pero no tanto- quienes más partido le sacaron a la vacuna rusa fueron los tuiteros, quienes se destaparon con memes y humoradas surtidas.

Los tópicos más visitados por estos chistes fueron dos: la figura fuerte pero autoritaria de Vladimir Putin, y la memorabilia soviética, algo recurrente cada vez que se abordan temas de la Rusia actual, por poco que el país de hoy se asemeje al de antaño.