Una profesora de la Universidad Nacional Arturo Jauretche, Buenos Aires, tomó una decisión para ayudar a sus alumnos con un problema no contemplado en el programa estudios: los nervios.

Una y otra vez, estudiantes capaces y aplicados naufragaban en las pruebas debido a que se mostraban incapaces de manejar la tensión, lo que redundaba en el bloqueo de sus habilidades.

Por eso, antes de entregar las preguntas de su ultimo parcial, la docente dio a sus chicos una esquela donde procuraba desdramatizar la situación y evitar que los jóvenes perdieran la calma.

El gesto agradó a los estudiantes, y pronto la foto del papalito se viralizó en las redes.