Ellos son Amelia Rudolph y Roel Seeker, dos bailarines que se atrevieron a realizar una rutina fuera de lo común. Suspendidos a muchísimos metros sobre el suelo y con cámaras GoPro montadas en sus cuerpos, ejecutaron un baile impresionante.

La cámara principal está colocada sobre la calle y en un plano muy contrapicado, generando un efecto que hace que la fachada del edificio parezca el suelo y que los bailarines aparenten moverse libremente sin gravedad.

El resultado es muy hipnótico y atractivo, como puede verse en el video: