La Real Academia Española de la Lengua se apresta a quitar de su diccionario las acepciones peyorativas hacia la condición de gallego, algunas de las cuales resultan curiosas. Sin embargo, el presidente de la Academia Gallega no cree que la medida sea adecuada.
Por supuesto, las primeras acepciones de la palabra gallego son "natural de Galicia", o el idioma hablado ene esa región de España. Pero el lector que baje la vista por el resto de las definiciones, se encontrará con las consabidas acepciones negativas, pero también con algunas sorpresas.
Se enterara, por ejemplo, de que en El Salvador gallego significa "tartamudo". Además, el diccionario da cuenta de que la palabra gallego es utilizada como sinónimo de "tonto, falto de entendimiento", pero curiosamente señala que la palabra tiene ese sentido sólo en Costa Rica, ninguneando groseramente la arraigada tradición rioplatense del "chiste de gallegos", que de la mano de Pepe Muleiro supo ser best seller impreso en la década de 1990.
El presidente de la Real Academia Galega (el equivalente de la RAE para el idioma de esa región de España), Xesús Alonso Montero, se toma el asunto estoicismo académico, sensatez y rigor profesional.
Desde la acera opuesta a lo que ha ocurrido últimamente en nuestro país, Alonso entiende que el diccionario no debe quitar o agregar palabras a pedido, sino reflejar el habla de los pueblos
"Si 'gallego' significa en algún lugar del orbe hispano 'tonto' o 'tartamudo', la obligación de cualquier lexicógrafo serio es la de registrar esas acepciones", explica el académico a la cadena BBC. "En Lingüística como en Política no se debe ocultar la realidad", reflexiona.
Sin embargo, subraya que en ese tipo de casos se debe "indicar que se trata de un uso muy limitado territorialmente y de un uso coloquial, muy escaso, en estamentos muy poco cultos y de nula sensibilidad, tan nula que ni siquiera esos habitantes saben que están despreciando u ofendiendo".