Huang Jianjun, residente en la ciudad de Guangzhou, se ganaba la vida expulsando los demonios del cuerpo de aquellos que se creían acosados por estas entidades. Según consigna el periódico británico The Mirror, Jianjun recibió recientemente la consulta de una mujer hermosa, quien pedía ser "sanada" de un mal en particular: enamorarse de su jefe.

Seducido por los encantos de su clienta, el exorcista la citó para una segunda entrevista, esta vez en un hotel de la ciudad. Una vez allí, le explicó que tenía "la vagina repleta de problemas causados por fantasmas", que él podía retirar con su pene.

Sin embargo, la buena fe de la mujer no fue suficiente para creerse semejante cosa, por lo que decidió abstenerse de semejante terapia y llamar a la policía.

El cazafantasmas se encuentra ahora a la espera de juicio. En su defensa, alega que haber perdido la capacidad de erección debido a la diabetes que padece.