La hija de Juan Carlos Calabró, devenida en vedette pulposa hace ya algunos años, se convirtió en una de las estrellas del circo de los sueños de Tinelli. Con una dotación vocal inversamente proporcional a la física, Iliana Calabró participó del certamen Cantando por un sueño causando estupor al público y al jurado.

A su extravagante comportamiento ante cámaras y sus gestos desencajados, Iliana sumó las más bizarras interpretaciones vocales de canciones famosas (junto a su soñador, su casi anónimo Sancho Panza). Luego de ser destrozada por el jurado en varias ocasiones, comenzó a percibirse un extraño fenómeno: sus performances entusiastas y su falta total de ubicación empezaron a generar un vínculo de empatía con el público, en una línea delgada entre el patetismo y la simpatía. Iliana, finalmente, se convirtió en un suceso.

Como resultado, a un productor avispado se le ocurrió la idea de producir un disco a alguien que, en cualquier otra circunstancia, debería tener una orden de restricción legal para no acercarse a menos de 50 metros de un micrófono.

El álbum en cuestión se llama "La morocha argentina" y se está vendiendo en el vecino país a una velocidad impensada.

Según algunas encuestas que menciona Primicias Ya, por cada álbum de Luis Miguel se venden tres de Iliana Calabró, lo que parece completamente injusto (¿cómo se siguen vendiendo discos de Luis Miguel?)

"Ya no hay más discos en los lugares de venta", confirmó la propia actriz, y agregó: "Hay que pedir que se fabriquen más porque ya comenzó a circular en el mercado negro". Después de este comentario inocente usted puede agregar un chiste de su propia factura.

Para saber de qué se trata, no hay nada mejor que verla y escucharla. A continuación, un popurrí de Rafaela Carrá, incluido en su disco, y un video en el que canta "El bum bum", corte de difusión.