"Es un grupo conformado por parte de la elite mundial, especialmente la occidental. Surge después de la Segunda Guerra Mundial, en plena Guerra Fría, ante la preocupación de los grandes industriales de ambos lados del Atlántico, debido a que no estaban trabajando conjuntamente acerca de su gran enemigo de entonces: el comunismo. Temían que la expansión comunista les quitase el poder y a que finalmente fueran ellos los que controlasen el mundo", describe Martín los orígenes del Club Bilderberg.

"Se pusieron de acuerdo para tener estrategias a corto, mediano y largo plazo, que les permitieran dominar el mundo, porque ese es el objetivo de Bilderberg", enfatiza.

Con raíces en organizaciones preexistentes, el Club Bilderberg nació oficialmente en 1954, durante una reunión en el Hotel Bilderberg, en la localidad holandesa de Ostende. El lugar del encuentro inaugural dio nombre a la entidad.

Oficialmente, el Club Bilderberg no pasa de una reunión de personas influyentes del mundo de la política, la industria y las finanzas, que se dan cita anualmente en un clima distendido para intercambiar en un marco informal ideas y proyectos. Todo ello a puertas cerradas y sin que se comunique a la prensa o la opinión pública nada de lo que sucede en sus salones.

Ese pretendido carácter inocente ha sido negado por numerosos detractores, que afirman que el Club en realidad no es ni más ni menos que un Gobierno global en la sombra, diseñado por plutócratas y "gentes principales", una institución conspirativa que pretende anular las libertades individuales y el poder soberano de las naciones, en aras de un Gobierno mundial que puedan controlar con puño de hierro.

Banqueros como los Rockefeller y los Rothschild, depredadores de la política internacional como Henry Kissinger, son algunos de los miembros connotados del club, cuya nómina incluye a magnates, funcionarios de Gobierno y de organismos multinacionales, pensadores, zares de la banca y hasta periodistas. Eso -advierten quienes han investigado el tema- sin contar los invitados y miembros que prefieren no figurar en las listas oficiales.

Y si bien su antiguo enemigo comunista ya no es lo que era, los Bilderberg siguen en activo. "Continúan avanzando, se van adaptando y adelantándose a los tiempos. Ellos quieren dominar la globalización, ser la Elite de la globalización", afirma Martín, quien visitó nuestro país para presentar la edición uruguaya de su obra, que cuenta con un apartado y un subtítulo propio: "¿Uruguay en la agenda del Club Bilderberg?".

¿Secreto o clandestino?

En su obra, Martín señala que el grupo se reúne "de forma clandestina". Sin embargo, el Club no es clandestino ni ha sido declarado ilegal en ninguna parte del mundo. Merced a investigaciones y filtraciones, el hermetismo absoluto se ha resquebrajado un poco, obligando a los Bilderberg a mostrarse -al menos en apariencia- menos enigmáticos. De hecho, el club ya cuenta con su propia página web, aunque no se puede decir que desborde información.

"Cuando publiqué mi primer libro, ‘El Club Bilderberg, los amos del mundo', en el año 2005, esa página web no existía y no se informaba de las reuniones de Bilderberg. Pero luego todo ya fue tan evidente, se hablaba tanto de la reunión anual, que al menos una nota tenían que hacer", explica.

"En 2011 lanzan la página web, que es muy escueta: una lista de asistentes días antes de la reunión, donde no figuran todos los participantes, y una lista muy somera de los temas que van a tratar". Así, si bien la reunión no es clandestina en el sentido literal del vocablo, su clandestinidad reside en que "asisten de forma secreta muchos de los presidentes que nos gobiernan, comisarios europeos, personas que supuestamente nos representan, pagadas por nosotros, y que mantienen un secreto y se reúnen a espaldas del mundo sin que la prensa -uno de los pilares de la democracia- tenga acceso alguno", enumera.

Una vez finalizada cada reunión "no hay un comunicado de prensa posterior, ninguna información, ni siquiera en términos generales... nada. ¿Qué es lo que tienen que ocultar?", se pregunta la autora. "De hecho, en la página web hay un email para comunicación de prensa, al que yo he escrito varias veces y jamás me han respondido".

Una de detectives

Cristina Martín fue puesta tras la pista del selecto club un poco por casualidad. "La información me llegó de parte de una colega, durante una reunión informal en una cafetería". Esta colega la puso al corriente de un poderoso y enigmático grupo que se reunía anualmente, y que -según se decía- había estado por detrás del proceso de unificación europea y luego de la creación de la moneda euro.

"Desde mi época universitaria siempre me había interesado saber qué había detrás de los políticos, las razones por las que se aprobaban determinadas políticas y otras no, el manejo de la Salud Pública, la Educación... Y analizando a los Bilderberg encontré respuestas incluso a preguntas que no me había hecho".

Sin embargo, obtener información consolidada acerca de tan esquiva organización no es tarea fácil ni segura.

"Hay que hacer un trabajo casi detectivesco, mi metodología como periodista es trabajar como una detective", dice. Buena parte de esa ardua tarea consiste en "seguir las escasas declaraciones de prensa" de todos los involucrados, "saber lo que dicen unos y otros y saber así qué políticos, empresarios o industriales -más allá del Gobierno o sector al que pertenezcan- están lanzando el mismo mensaje. Con esa información, el investigador puede concluir que hay una coordinación, una ideología común, porque todas esas declaraciones son de personas que te las encuentra después en Bilderberg".

El sueño de un mundo unido

Tal como se señala líneas arriba, el Club Bilderberg ha sido señalado como el demiurgo que, detrás de las bambalinas, creó la Unión Europea y el euro. Estas instituciones no son "malas" per se. Sin embargo, para la autora lo peligroso son los mecanismos de trabajo del Club, que serían "siempre de espaldas a la gente y contra la gente".


"Realmente sería estupendo que hubiese algo así como un Gobierno mundial que aprobara normas positivas para las personas... pero cuando ves cómo trabaja esta gente, resulta evidente que no son el camino", afirma.
"¿Por qué los promotores de este posible Gobierno mundial se reúnen a escondidas? ¿Qué es lo que hacen y cómo lo hacen? ¿Están pensando en el pueblo o en ellos mismos?", interroga.

"Nosotros (España) estamos atravesando una crisis muy seria desde 2008, de la que ya se hablaba en la reunión del Club Bilderberg de 2006 en Canadá, donde se advirtió a los presentes de lo que se venía. Las soberanías nacionales y las políticas nacionales las ha dirigido Bilderberg a través de la Troika, cuyos tres puntales son Jean-Claude Trichet, Christine Lagarde y José Durao Barroso", todos miembros destacados del club secreto. "Las políticas que tenían que aprobar los Gobiernos provenían de Bilderberg, y no han tenido en cuenta a la población de esos países, sólo los números. En este laboratorio de Gobierno mundial sólo se ha tenido en cuenta el dinero, y cuando ves que lo último que les importa son las personas, no quieres un Gobierno mundial dirigido por ellos".

Elite versus pueblo

En un Occidente regido mayoritariamente por Gobiernos democráticos, el parecer popular debería ser el motor de las políticas de Gobierno, más allá de los deseos de cualquier grupo de poder. Sin embargo, para Martín no ocurre tal cosa.

"En una democracia que funcione bien tiene que haber libertad de prensa, información, y no la hay. Los grandes grupos de prensa son propiedad de multinacionales, bancos, fondos de inversión, todos parte de Bilderberg, y por lo tanto no permiten que nos informemos debidamente", destaca la escritora.

"Para que haya una democracia tiene que haber una muy buena educación, conocimiento, la gente tiene que conocer su historia, saber cómo funcionan los medios de comunicación. De lo contrario sucede lo que resumía muy bien Malcolm X: te harán odiar al oprimido y amar al opresor".

En la actualidad, "los medios de comunicación están tildando de dictador a tal o cual, pero por intereses económicos y geoestratégicos", lamenta.
"El último paso en una democracia es ir a las urnas, y si no estás ben informado y si no tienes educación -en el sentido de cultura- no estás informado, pierdes capacidad de juicio, no estás votando libremente".

Una mano negra en la estantería

"Este libro, quitándole el capítulo sobre Uruguay y algunas actualizaciones puntuales, es mi tercera obra, que fue retirada del mercado, desapareció sin que hasta ahora yo sepa por qué", relata Martín. La obra salió en 2010, año en que el Club Bilderberg se reunió en España, más precisamente en la localidad barcelonesa de Sitges. La institución ya había elegido a ese país en 1989, cuando el encuentro se produjo en el balneario gallego de La Toja. (Las reuniones Bilderberg suelen evitar las grandes ciudades, y siempre se realizan en hoteles que cuenten con campo de golf).

En ese libro "hablaba de Obama, porque en aquel tiempo todo el mundo estaba entusiasmado con él y yo contaba que en realidad era un títere de Bilderberg y lo habían puesto allí para hacer la guerra con los países islámicos, y hoy es un hecho palpable", asegura Martín, en cuya obra también niega fenómenos como el cambio climático o la gripe A, frutos de la propaganda Bilderberg para generar miedo y crear supuestos problemas globales que requieran también una solución global.

Cuando el libro salió finalmente a la venta, fue retirado súbitamente del mercado.

"Para un periodista lo peor que puede ocurrir es que te quiten tu libro, tu voz, es como un castigo. Te quedas traumatizada. Yo llegué a creer que no iba a poder seguir escribiendo, fue un palo muy gordo, y más porque ocurrió sin explicación alguna", rememora.

Más allá de ese duro golpe, Martín no recibió otro tipo de presiones ni amenazas, fuera de las advertencias de personas preocupadas por verla meterse en un tema tan reservado.

"En 2004, cuando preparaba mi primer libro, un entrevistado me advirtió que no escribiera sobre Bilderberg, que era peligroso, que me buscaría problemas, que el libro lo iban a quitar del mercado", cosa que al cabo ocurrió con su segunda obra.

"Es lo que nos toca a los periodistas: el poder siempre ha estado enfrentado con el periodismo", sintetiza.

Uruguay y el Bilderberg

"En la actualidad, Uruguay está siendo un laboratorio estupendo para Bilderberg, porque es un país de poco más de tres millones de habitantes, pequeño, fácil de cuantificar, de introducir variables y ver cómo reacciona la gente", asevera Martín, puntualizando que nuestro país "es un laboratorio en dos temas: la marihuana y el aborto". "Los uruguayos sois hoy conejillos de indias de Bilderberg, de políticas que vienen de Bilderberg", declara.

"La fundación Rockefeller está trabajando en pro del control de la natalidad y diseñando políticas eugenésicas; vemos a Bill Gates con las vacunas en África controlando la superpoblación. En el memorándum 200, firmado por Kissinger en el año 1974, ya se cuenta que uno de los métodos más eficaces para controlar a la población es el aborto", suelta en rápida sucesión.

Interrogada acerca de las razones por las que el club realizaría semejante experimento en un país de población envejecida y con un crecimiento demográfico ya estancado, y sobre el hecho de que la despenalización del aborto fue una vieja reivindicación de sectores sociales que en principio no casarían mucho con las ideas del Club, responde:

"Cuando cruzas el umbral de Bilderberg ya no hay izquierda ni derecha, su interés es el poder. En mi país han apoyado a presidentes de izquierda y de derecha, y además ese es uno de los elementos principales del club, invitar a gente de diversas ideologías y perfiles, para que vean que el mundo es otra cosa". Asimismo, señala que "en Europa el crecimiento demográfico también está estancado" y las entidades a favor del aborto "son muy combativas".

Posteriormente, manifiesta su extrañeza acerca de que el presidente Vázquez "sea tan tajante con el tabaco y a su vez permisivo con la marihuana", y destaca negativamente la postura gubernamental en el tema educación sexual donde -en su opinión- la Iglesia Católica fue censurada en nombre de la laicidad. A ese respecto, la obra cita esta nota de Montevideo Portal.

"Si la Iglesia Católica se inmiscuye está contra la ley, que es laica y así está en la Constitución. En cualquier país donde la Constitución es laica se le puede prohibir a la Iglesia manifestarse acerca de según qué temas porque puede ir en contra de esa Constitución. Ese es un experimento maravilloso", condenó.

Además, recordó que el Club Bilderberg "funciona de forma masónica", y la masonería -de la que forma parte el actual mandatario uruguayo- "es enemiga acérrima de la Iglesia Católica". "Surgió para quitarle el poder a la monarquía y a la Iglesia" pero a una parte de esta última "no lograron meterla en su saco". "Imagínate qué arma tan poderosa, si a la Iglesia la callas de esa manera", considera.

Para Martín, los argumentos esgrimidos por quienes promueven la despenalización del aborto -"seguridad sanitaria de la mujer, combate a un aparato clandestino donde las personas pobres corrían riesgos, libertad de decisión de la embrazada, etc."-, "no tiene por qué ser los reales", e insiste: "Tendrían que tener en cuenta a la Fundación Rockefeller, el ya mencionado Memorándum 200, y yo no escucho nunca a estas mujeres -aquí o en Europa- manejar esas informaciones. ¿Por qué las ignoran? Se supone que el aborto es algo progresista, pero si os vamos al punto de vista de la sociología, no es progresista que un país se quede sin habitantes por falta de nacimiento" (sic).

Interrogada acerca de su postura al respecto, Martín dice no estar "a favor ni en contra" de la despenalización del aborto, sino en procura de que "se informe todo" y no sólo se ofrezca una parte de la información disponible. "Hay que tener en cuenta que ya en el año 1992 Rockefeller se fue a la ONU y culpó al crecimiento demográfico de la pobreza en el mundo, esas cosas hay que contarlas, toda la información tiene que estar disponible".

Sobre la marihuana

¿Cuál podría ser el interés del Club Bilderberg en el proyecto uruguayo de regulación de la marihuana?

"Se trata de un laboratorio donde todos los uruguayos sois conejillos de indias. Lo han dicho Rockefeller, George Soros y hasta Mujica. Como ciudadana, yo no querría que mis hijos fueran cobayos en esto, porque lo que ellos pretenden es regular el mercado, acabar con ese narcotráfico ilegal que no controlan". En ese sentido, señala las declaraciones de David Rockefeller, quien recuerda que su padre, John D. Rockefeller, siempre lamentó el error cometido con las medidas prohibicionistas del alcohol que impulsó, conocidas popularmente como "Ley Seca".

"El alcohol es una droga, una de las más dañinas del mundo, y en cuanto a la marihuana, aquí en Uruguay no se está advirtiendo de sus efectos negativos, que tiene muchas enfermedades, psicosis... Permítele abiertamente un joven que fume cuando el padre intenta prohibírselo, mientras en la calle y en la tele le dicen que es legal y que es bueno para las enfermedades... Es una guerra contra los padres también" (sic).

En cuanto a los beneficios que el sistema uruguayo podría tener en cuanto a la lucha contra el narcotráfico y consumo seguro y controlado, Martín aduce que "hay mucha gente que antes no se planteaba fumar droga porque pensaba que era algo malo y ahora te dicen que es algo beneficioso para la salud, que hay estudios que dicen que es bueno para los enfermos... La perspectiva cambia".
Ante semejante situación, los pronósticos de la autora no son auspiciosos.

"Va a aumentar el consumo, y los consumidores no estarán informados del daño que tiene eso. Porque Soros y Rockefeller no informan que esto tiene un daño, que no es gratis y que muchos padres, muchos jóvenes uruguayos lo van a pagar, van a sufrir por esta ley. Yo pretendo sacar a la luz lo que esa gente (Bilderberg) no quiere contar".

Ni frío ni calor

Para la autora, el tan cacareado cambo climático "es un invento" en cuanto a "la retórica y argumentación que utilizan, hablando del cambio climático provocado por el hombre".

"Yo he entrevistado a muchos estudiosos del clima, que dicen que el clima es algo cíclico y va cambiando, pero nada de eso es provocado por el hombre. Por mucho CO2 que emita, el hombre hoy no tiene capacidad para ello, y hay documentos que desmontan esas teorías".

Según Martín, instalar la idea de un cambio climático es útil al Club "para generar miedo" e instalar en la agenda un problema global, que requiera a su vez un Gobierno global que lo resuelva.

Entrevista y fotos: Gerardo Carrasco/Montevideo Portal