En Londres muchos usuarios del subterráneo se suben en una estación y se bajan en la siguiente para ahorrrar un poco de tiempo y esfuerzo.

Un hombre muy empeñado en saber si estos viajes cortos realmente valen la pena se propuso ponerlo a prueba.

Con una cámara en su cabeza y muchas otras que registraron la proeza, corrió de una estación a otra para intentar alcanzar al vehículo. Los resultados son impresionantes y pueden verse en este video: