Las muertes se produjeron esta semana después de que se realizase una campaña de inmunización contra el sarampión en las provincias sirias de Idlib y de Deir Ezzour, bajo dominio rebelde y en medio de los combates entre estos grupos y las fuerzas gubernamentales.

Dos errores debieron producirse para que los niños resultaran intoxicados: en el empaquetado de los diluyentes y en su desempaquetado, durante el que nadie notó que el líquido que debía servir para disolver la vacuna en polvo era en realidad el relajante Atracurium, utilizado habitualmente como anestésico.

 

Con información de EFE