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Salud

Por The New York Times

Te decimos qué hacer con estos cinco síntomas inusuales de COVID-19

Los síntomas confusos han sido un componente de la COVID-19 desde el inicio de la pandemia.

18.11.2022 15:25

Lectura: 8'

2022-11-18T15:25:00-03:00
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Por The New York Times | Dani Blum

A estas alturas de la larga travesía de la pandemia, muchas personas conocen los síntomas que revelan una infección por COVID-19: un dolor que rasga la garganta, una tos perniciosa, congestión, fiebre y cuerpo adolorido, pero un pequeño subgrupo de personas también desarrolla síntomas menos comunes, que pueden parecer maleficios de un cuento infantil: saburra lingual, dedos de los pies amoratados, ronchas que brotan en el rostro.

“Todas las enfermedades infecciosas tienen manifestaciones comunes y poco comunes”, afirmó Mark Mulligan, especialista en enfermedades infecciosas del centro médico Langone Health de la Universidad de Nueva York, y a medida que aprendamos más sobre el coronavirus, dijo, podremos entender mejor las causas subyacentes detrás de estos síntomas poco frecuentes pero, hasta entonces, es en gran medida una conjetura.

Los síntomas confusos han sido un componente del COVID-19 desde el inicio de la pandemia; la pérdida del gusto y del olfato se ha convertido en un síntoma inquietante de la enfermedad. El COVID-19 también tiene el potencial de alterar los ciclos menstruales, un efecto secundario que algunas mujeres también informaron tras la vacunación.

Un estudio de más de 60.000 personas, que dieron positivo en la prueba de COVID-19 y notificaron sus síntomas, reveló que un pequeño porcentaje experimentó zumbidos en los oídos, dolor ocular, erupciones, ronchas rojas en el rostro o los labios, caída del cabello y dolores articulares inusuales. Un análisis más amplio de más de 600.000 personas en Reino Unido demostró que una parte de los afectados por el COVID-19 también desarrollaron llagas y ampollas de color púrpura en los pies y entumecimiento en todo el cuerpo, entre otros padecimientos.

Los médicos no están seguros de por qué solo algunas personas desarrollan estos síntomas inusuales. Según Mulligan, la genética podría estar relacionada; el estado de vacunación también podría tener algo que ver, ya que una persona no vacunada podría presentar una infección más grave, lo cual podría provocar un curso diferente de los síntomas. Los científicos también descubrieron que el coronavirus puede entrar en el torrente sanguíneo en una minoría de personas, dijo, lo que significa que es posible que el virus pueda entrar en varios órganos del cuerpo y causar síntomas en otras partes del cuerpo, además del sistema respiratorio.

Los tratamientos antivirales como el Paxlovid tal vez puedan aliviar síntomas como la erupción relacionada con el COVID-19, quizás porque pueden reducir la cantidad de virus en la sangre, aseveró Kelly Gebo, especialista en enfermedades infecciosas en la escuela de medicina Johns Hopkins Medicine, pero no está claro si estos síntomas son causados directamente por el virus o por la respuesta del cuerpo a él.

Según Peter Chin-Hong, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California en San Francisco, la inflamación también podría ser una de las causas. Si el virus entra en el torrente sanguíneo y afecta a varias partes del cuerpo, las células inmunitarias acuden a esas zonas, explicó Chin-Hong. Esto significa que, por ejemplo, un oído al que el virus no suele afectar, podría inflamarse, no funcionar muy bien y tal vez presentar dolor.

El COVID-19 también provoca un estado de debilidad en los pacientes, dijo Chin-Hong, lo que significa que los patógenos que persisten en sus cuerpos de las infecciones anteriores (como el herpes o el virus que causa el herpes zóster) pueden reactivarse y ocasionar erupciones o herpes labial como consecuencia del COVID-19.

Una tercera teoría es que el estrés que puede conllevar un contagio de COVID-19 (la ansiedad de la cuarentena, la pérdida de ingresos económicos, el miedo a las consecuencias para la salud a largo plazo) también puede desencadenar síntomas como caída del cabello y urticaria, según Chin-Hong. A continuación, te decimos lo que debes saber sobre las causas de estos síntomas y sus posibles tratamientos.

Saburra lingual

Las células sanas de la lengua se reemplazan con rapidez, señaló Chin-Hong, pero si las células viejas persisten y se acumulan unas sobre otras, se forma un crecimiento excesivo, oscuro, grueso y difuso, al que con frecuencia se le llama saburra lingual. Incluso antes del COVID-19, los médicos atendían pacientes con saburra lingual relacionada con infecciones virales, tabaquismo, uso de antibióticos y falta de higiene, dijo, y agregó: “Es más común de lo que la gente cree”.

“Sé que a las personas les da mucho miedo”, comentó, pero por lo general el padecimiento es temporal. Algunas personas también pueden sentir una sensación de ardor dentro de la boca. Quienes presentan este síntoma no deben “asustarse”, dijo Chin-Hong. Las personas con saburra lingual pueden usar un raspador lingual o un cepillo de dientes para rascar esas células linguales y pueden asegurarse de tener una buena higiene bucal para evitar una nueva acumulación de esta.

En pocas ocasiones, las personas con COVID-19 también pueden desarrollar aftas, o candidiasis oral, la cual se presenta cuando un hongo infecta la boca. Los médicos suelen diagnosticar la candidiasis bucal al examinar las lesiones blancas que pueden brotar en las mejillas, la lengua o la boca; el tratamiento suele consistir en la aplicación, de 10 a 14 días, de un medicamento antifúngico.

Hormigueo

Cuando las personas desarrollan la sensación de tener alfileres y agujas en la piel, quizás es porque sus nervios están inflamados debido a las células inmunitarias que luchan contra la infección, explicó Chin-Hong. También es posible que el propio virus pueda dañar los nervios periféricos, como los que van a las manos y los pies, señaló Gebo; esto también ocurre con la infección del herpes zóster.

“Lo que no sabemos es qué parte del hormigueo es resultado de un impacto directo del propio virus o qué parte proviene de la inflamación”, dijo “Son cosas que estamos tratando de averiguar”. Para muchas personas, esa sensación de hormigueo desaparece en cuestión de días, comentó Gebo. Si los pacientes sienten dolor, añadió, deben consultar a su médico, quien puede recomendarles tomar Tylenol o Motrin.

Las personas con neuralgia persistente, incluso después de recuperarse del virus, deben consultar a su médico, dijo Marc Sala, codirector del Centro Integral para el COVID-19 de Northwestern Medicine.

Erupciones

Está comprobado que los virus pueden provocar erupciones, señaló Sala, y dijo que ha visto una amplia variedad de padecimientos de la piel en pacientes con COVID-19. La Asociación de la Academia Americana de Dermatología de Estados Unidos cita protuberancias que pican, ampollas similares a las de la varicela, erupciones que forman patrones de encaje en la piel y protuberancias como posibles afecciones de la piel relacionadas con el COVID-19. Sala recomienda consultar a un dermatólogo en caso de desarrollar una erupción que persista después de recuperarte de COVID-19.

Caída del cabello

Cualquier tipo de malestar físico o emocional puede hacer que se te caiga el pelo, explicó Shilpi Khetarpal, dermatóloga de la Clínica Cleveland. Según Khetarpal, no está del todo claro si la infección por COVID-19 en sí o si el estrés relacionado con esta enfermedad hace que algunas personas presenten caída del cabello. Si te encuentras entre los que pierden un poco de pelo durante o después de una infección por COVID-19, no te asustes, dijo, y añadió: “No es como una cicatriz; este vuelve a crecer; solo necesita tiempo”.

Dedos de COVID-19

Los científicos siguen sin saber qué ocasiona los “dedos de COVID-19”, la erupción y las ampollas parecidas a las de quemaduras por congelamiento que se forman en los pies y los dedos de algunas personas después de infectarse, lo que hace que los dedos de los pies y las puntas de estos se hinchen y se pongan morados. Una teoría es que las personas con COVID-19 pueden presentar coágulos microvasculares, los cuales se producen en los vasos sanguíneos más pequeños del cuerpo y bloquean el suministro de sangre, lo que causa esa decoloración, dijo Sala.

Los pacientes que desarrollan dedos de COVID-19 suelen presentar este síntoma durante la fase aguda de una infección, añadió, y tiende a resolverse poco después. La Asociación de la Academia Americana de Dermatología recomienda utilizar una crema de hidrocortisona para tratar este padecimiento. Como la mayoría de los síntomas poco frecuentes del COVID-19, por muy desconcertante que sea, la hinchazón suele desaparecer por sí sola, por razones que los médicos no conocen del todo. A estas alturas de la larga travesía de la pandemia, muchas personas conocen los síntomas que revelan una infección por COVID-19: un dolor que rasga la garganta, una tos perniciosa, congestión, fiebre y cuerpo adolorido, pero un pequeño subgrupo de personas también desarrolla síntomas menos comunes, que pueden parecer maleficios de un cuento infantil: saburra lingual, dedos de los pies amoratados, ronchas que brotan en el rostro. (Zeloot/The New York Times)