Melinda Howard tiene 63 años y reside en Misisipi, Estados Unidos. Días atrás, sufrió un pequeño accidente doméstico al que no prestó mayor atención: estaba desarmando unas cajas y se hizo un pequeño corte en una mano con un trozo de cartón.

En declaraciones a la revista People, la mujer explicó que tiene la piel muy delgada y sensible, debido a que durante varios años consumió medicación con corticoides.

Por ello, pese a que se trataba de una herida pequeña, la mujer decidió aplicarse un vendaje con un ungüento antibacteriano.

“Tomé mucha prednisona durante varios años, y me dañó gravemente la piel. Es muy fina y se recupera lentamente, así que sabía que tendría que mantener la herida cubierta durante más de una semana. Si quitara la venda demasiado pronto, simplemente se reabriría el corte y estaríamos empezando desde cero, y no es algo que quieras hacer”, detalló Howard a la revista.

Poco más de una semana después, empezó a dolerle la mano. Sin embargo, no le dio mayor trascendencia. En ese sentido, explicó que, como corredora de largo aliento, que hace decenas de kilómetros por semana, está acostumbrada a sobrellevar molestias y dolores.

Finalmente, cuando decidió quitarse la venda, notó que las cosas no estaban bien. El dolor seguía, y el aspecto de la extremidad no era agradable. “Estaba muy hinchada y se veía mal”, recordó.

Cuando su esposo llegó del trabajo y vio su mano, la llevó de urgencia al hospital. Allí le administraron una inyección de antibiótico, una crema antiséptica y antibióticos orales. Luego la mandaron a casa y le dijeron que volviera unos días después para asegurarse de que estuviera empezando a sanar.

Mientras tanto, Howard compartió una foto de su mano en su cuenta X, que obtuvo más de 1,7 millones de visitas.

“Me han estado preguntando cómo está mi mano. ¿Creo que está mejor? La foto de la izquierda es del viernes. La de la derecha es de hoy (lunes). ¡Dejaré que ustedes decidan!”, escribió en su publicación.

Por fortuna, la mano comenzó a recuperarse poco después.

“La hinchazón prácticamente ha desaparecido. Está roja y las costras han desaparecido. El enrojecimiento ha mejorado mucho”, dijo.

“Está un poco más atenuado y mis anillos vuelven a deslizarse en mis dedos. Eso me alegra mucho. Fue un pequeño corte con un cartón, pero mi mano simplemente decidió sobreactuar”, expresó con humor.

Aunque sus médicos no le han dado un cronograma de recuperación completo, Howard espera que vuelva a la normalidad pronto.