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Salud

Por The New York Times

Probablemente necesitaremos inyecciones de refuerzo contra el COVID-19, pero ¿cuándo?

Para analizar si un refuerzo de la vacuna Moderna aumentará sus anticuerpos y prolongará la protección contra el contagio del virus.

08.06.2021 11:31

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2021-06-08T11:31:00-03:00
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Por The New York Times | Carl Zimmer

para analizar si un refuerzo de la vacuna Moderna aumentará sus anticuerpos y prolongará la protección contra el contagio del virus.

Aunque muchos científicos estiman que las vacunas de Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson autorizadas en Estados Unidos durarán al menos un año, nadie lo sabe con certeza. Tampoco está claro si las variantes del coronavirus que están surgiendo cambiarán nuestras necesidades de vacunación.

“Estamos en terrenos inexplorados en lo que respecta a los refuerzos”, señaló Edward Belongia, médico e investigador de salud pública del Instituto de Investigación Clínica Marshfield en Marshfield, Wisconsin. , Hensley observó una diferencia similar. El nivel de anticuerpos producido por los dos tipos de vacunas es “escandalosamente diferente”, dijo.

Es posible que la protección de las vacunas menos eficaces contra el COVID-19 se desvanezca con más rapidez. La vacuna de Sinopharm tal vez ya esté mostrando algunas señales de este declive. Los ensayos clínicos señalan que tiene una eficacia del 78 por ciento, pero los Emiratos Árabes Unidos y Baréin ya están ofreciendo refuerzos a las personas que recibieron la vacuna de Sinopharm para reforzar su inmunidad decreciente.

¿Cómo sabremos que nuestras vacunas están perdiendo su eficacia?

Los investigadores están buscando marcadores biológicos que puedan revelar en qué momento la protección de una vacuna ya no es suficiente para contener el coronavirus. Es posible que un nivel de anticuerpos determinado marque un umbral: si tu sangre tiene niveles por encima de ese umbral, está en buenas condiciones, pero si está por debajo, corre un riesgo de contagio mayor.

Algunos estudios preliminares sugieren que estos marcadores, conocidos como correlatos de la protección, están presentes en el caso de las vacunas contra el COVID-19. Se está investigando para encontrarlos.

“Eso nos enseñará mucho”, comentó H. Clifford Lane, subdirector de investigación clínica y proyectos especiales del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos.

¿Qué pasa con las variantes?

Es muy posible que necesitemos refuerzos para bloquear las variantes, pero eso aún no está claro.

La aparición de variantes en los últimos meses ha acelerado la investigación acerca de los refuerzos. Algunas variantes tienen mutaciones que las hacen a propagarse con rapidez. Otras llevan mutaciones que podrían reducir la eficacia de las vacunas autorizadas, pero, en este momento, los científicos solo tienen un puñado de pistas sobre cómo funcionan las vacunas existentes contra las distintas variantes.

Por ejemplo, el mes pasado, investigadores de Catar publicaron un estudio sobre la vacuna de Pfizer-BioNTech, que se administró a más de 250.000 habitantes del país entre diciembre y marzo.

Los ensayos clínicos demostraron que la vacuna tenía una eficacia del 95 por ciento contra la versión original del coronavirus, pero una variante denominada alfa, que se identificó por primera vez en el Reino Unido, redujo su eficacia al 89,5 por ciento. Una variante identificada por primera vez en Sudáfrica, conocida como beta, la redujo aún más, hasta el 75 por ciento; sin embargo, la vacuna fue el 100 por ciento eficaz contra ambas variantes para prevenir la enfermedad grave, crítica o mortal.

No obstante, el hecho de que una variante pueda sortear las vacunas existentes no significa que vaya a convertirse en un problema generalizado. Por ejemplo, la variante beta ha tenido poca presencia en países con programas de vacunación sólidos, como Israel, el Reino Unido y Estados Unidos. Si la presencia de la variante beta sigue siendo mínima, no supondrá una amenaza grave. ¿Necesitaremos un refuerzo especial adaptado a una variante concreta?

Todavía no está claro. Algunos científicos sospechan que una respuesta inmunitaria elevada a la versión original del coronavirus también proporcionará una protección suficiente contra las variantes, pero también es posible que una vacuna diseñada para atacar a una variante en particular sea más eficaz.

Pfizer ha iniciado un ensayo para analizar ambas opciones. Algunos voluntarios que ya han recibido dos dosis de la vacuna recibirán una tercera dosis de la misma vacuna como refuerzo. Como parte del mismo ensayo, los investigadores les darán a otros voluntarios un refuerzo experimental diseñado para brindar protección contra la variante beta.

“Con base en lo que hemos aprendido hasta ahora, nuestra idea actual es que hasta que no veamos una reducción de la circulación del SARS-CoV-2 y de la enfermedad COVID-19, creemos que es probable que se necesite una tercera dosis, un refuerzo de nuestra vacuna, dentro de los 12 meses posteriores a la administración de la vacuna, para ayudar a proporcionar protección contra el COVID-19”, señaló Jerica Pitts, directora de relaciones globales con los medios de comunicación de Pfizer.

¿Puedo cambiar la marca de mi vacuna cuando me pongan un refuerzo?

Es posible. De hecho, muchas investigaciones sobre otras enfermedades sugieren que el cambio de vacunas puede robustecer los refuerzos. “Este es un concepto probado desde antes del COVID-19”, comentó Lyke.

Lyke y sus colegas están probando esta opción de mezclar y combinar refuerzos como parte de su ensayo nuevo. Están reclutando voluntarios que hayan sido vacunados por completo con cualquiera de las tres vacunas autorizadas en Estados Unidos: Johnson & Johnson, Moderna y Pfizer-BioNTech.

Todos los voluntarios recibirán un refuerzo de Moderna. Luego, los investigadores observarán la intensidad de la respuesta inmunitaria que produce.

Es posible que otras vacunas que aún están en fase de ensayo clínico funcionen aún mejor como refuerzos contra el COVID-19. Por ejemplo, Novavax y Sanofi están haciendo ensayos clínicos en Estados Unidos con vacunas de proteínas víricas. Lyke y sus colegas diseñaron su estudio de manera que puedan añadirle más vacunas de este tipo a la combinación más adelante.

“Tras bambalinas estamos trabajando en otros contratos para poder introducir refuerzos adicionales en el ensayo”, afirmó. Esos refuerzos adicionales también pueden incluir otros adaptados a las variantes, como el desarrollado por Pfizer-BioNTech.

También están en marcha otros ensayos de refuerzos mixtos. En el Reino Unido, los investigadores están administrándoles a los voluntarios vacunas de AstraZeneca, CureVac, Johnson & Johnson, Moderna, Novavax, Pfizer-BioNTech y Valneva como refuerzos. ImmunityBio está probando su vacuna en Sudáfrica como refuerzo de la vacuna de Johnson & Johnson, mientras que Sanofi se está preparando para probar su vacuna como refuerzo de las de muchas otras empresas.

El ensayo de los NIH podría empezar a dar resultados ya en las próximas semanas. Si las vacunas que se están agotando y las variantes que surgen provocan un aumento de contagios nuevos este invierno, Lyke quiere tener datos que pueda compartir con los legisladores.

“Para nosotros, obtener una respuesta lo antes posible era de vital importancia”, señaló. “No podemos darnos el lujo de invertir mucho tiempo”.