Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Sueño profundo

Pacientes en coma “podrían tener algún nivel de conciencia” sugiere estudio

Algunos pacientes podrían escuchar y entender lo que se les dice, más allá de su incapacidad para responder de alguna manera.

21.08.2023 15:05

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2023-08-21T15:05:00-03:00
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Algunos pacientes con lesiones cerebrales agudas no pueden responder a las órdenes verbales, lo que hace que parezca que están inconscientes, aunque podrían tener algún nivel de conciencia.

Hace poco, los investigadores estudiaron esta conciencia oculta para comprender mejor este misterioso fenómeno.

“Nuestro estudio sugiere que los pacientes con conciencia oculta pueden escuchar y comprender las órdenes verbales, pero no pueden llevar a cabo estas órdenes debido a las lesiones en los circuitos cerebrales que llevan las indicaciones del cerebro a los músculos”, comentó el líder del estudio, el Dr. Jan Claassen, profesor asociado de neurología del Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.

Los hallazgos de este estudio podrían ayudar a los médicos a identificar, con una mayor rapidez, a los pacientes con lesión cerebral que podrían tener una conciencia oculta, y a predecir mejor cuáles pacientes tienen probabilidades de recuperarse mediante rehabilitación, apuntaron los investigadores en un comunicado de prensa de la universidad, recogido por Health Day News.

Alrededor de un 15 a un 25% de los pacientes con lesiones cerebrales por un traumatismo en la cabeza, una hemorragia cerebral o un paro cardiaco tienen esta conciencia oculta, también conocida como disociación motora cognitiva (DMC).

Unas ondas cerebrales sutiles que son detectables mediante un electroencefalograma (EEG) son el factor de predicción más fuerte de esta conciencia oculta y de la recuperación futura de estos pacientes que no responden.

No se sabía cuáles vías cerebrales precisas se alteraban.

Para averiguarlo, los investigadores utilizaron EEG para examinar a más de 100 pacientes con una lesión cerebral.

La técnica puede determinar cuándo los pacientes intentan responder a una orden, aunque en realidad no puedan hacerlo. En estas circunstancias, una orden podría ser algo como "abra y cierre su mano derecha sin parar".

El análisis detectó DMC en 21 de los 107 pacientes del estudio. Entonces, los investigadores analizaron unas imágenes de resonancia magnética (IRM) estructurales del cerebro de todos los pacientes.

“Mediante el uso de una técnica que desarrollamos, llamada análisis de agrupamiento doble (bi-clustering analysis), pudimos identificar unos patrones de lesión cerebral que son comunes entre los pacientes con DMC, y que contrastan en los que no tienen DMC”, apuntó el autor colíder, Qi Shen, científico asociado de investigación del laboratorio de Claassen y experto en procesamiento de señales, aprendizaje automático y bioestadística.

Todos los pacientes con DMC tenían unas estructuras cerebrales intactas, relacionadas con la activación y con la comprensión de las órdenes. Esto respaldó la idea de que estos pacientes escuchaban y comprendían las órdenes, pero no podían llevarlas a cabo.

“Observamos que todos los pacientes con DMC tenían déficits en regiones cerebrales encargadas de integrar las órdenes motoras comprendidas con las acciones motoras, lo que evita que los pacientes con DMC lleven a cabo las órdenes orales”, aclaró Claassen.

Se necesita más investigación antes de que estos métodos se puedan aplicar a la práctica clínica, anotó el equipo del estudio.

“Pero nuestro estudio muestra que quizá sea posible evaluar la conciencia oculta usando unas imágenes estructurales del cerebro ampliamente disponibles, lo que lleva a la detección de la DMC un paso más cerca al uso clínico general|, aseguró Claassen.

“Quizá no todas las unidades de atención crítica cuenten con los recursos y el personal entrenado para utilizar un EEG para detectar la conciencia oculta, de forma que la IRM ofrece una forma sencilla de identificar a los pacientes que requieren más pruebas y diagnóstico”, añadió.

Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 14 de agosto de la revista Brain. El estudio fue financiado mediante subvenciones de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. y la Dana Foundation.