El consumo de drogas en el mundo continúa en ascenso. Según el Informe Mundial sobre Drogas 2025, presentado este jueves en Viena por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), 316 millones de personas consumieron algún tipo de droga en 2023, lo que equivale al 6% de la población global de entre 15 y 65 años, frente al 5,2% registrado en 2013.
El cannabis sigue siendo la sustancia más utilizada, con 244 millones de consumidores, seguido por opioides (61 millones), anfetaminas (30,7 millones), cocaína (25 millones) y éxtasis (21 millones). Los estupefacientes sintéticos han tenido un crecimiento notable, alimentado por su fácil acceso mediante plataformas digitales y mercados oscuros en internet.
El informe alerta sobre una tendencia alarmante: el consumo se inicia cada vez a edades más tempranas, y los casos de dependencia grave están aumentando. En 2022, 63 millones de personas sufrieron trastornos por uso de drogas, entre ellos daño físico o psicológico, dependencia, o necesidad urgente de tratamiento.
Los opioides siguen siendo las sustancias más letales. En EE.UU., el fentanilo fue el principal responsable de más de 100.000 muertes por sobredosis en 2023. En América del Sur, especialmente en Argentina, Bolivia y Perú, preocupa el avance del consumo de paco (pasta base de cocaína), altamente tóxico y adictivo, con un fuerte impacto en zonas urbanas vulnerables.
Otras regiones muestran patrones igualmente preocupantes: en África Occidental se incrementó el uso de tramadol, mientras que en el sudeste asiático, la metanfetamina se ha consolidado como droga dominante. En Europa del Este, la heroína y los opioides sintéticos siguen causando estragos.
Desigualdad en el acceso al tratamiento
El estudio denuncia la brecha crítica en el acceso a servicios de salud: solo uno de cada cinco consumidores con problemas graves recibe atención. Las mujeres son especialmente afectadas, con solo un 5,5% que accede a tratamiento, frente al 13,6% de los hombres. El estigma, el temor a perder la custodia de los hijos y la falta de servicios adecuados son obstáculos clave.
Con información de EFE