Contenido creado por Inés Nogueiras
Salud

Todos los cuerpos, el cuerpo

Graciela Figueroa: ''el cuerpo es el vehículo hacia la catarsis''

''Debemos aprender a honrar todo lo que somos, aunque no nos guste'': la bailarina y coreógrafa Graciela Figueroa habló sobre su particular abordaje artístico y terapéutico.

10.04.2015 08:13

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2015-04-10T08:13:00-03:00
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Graciela Figueroa es una de las más destacadas bailarinas de nuestro país. Con una amplísima trayectoria internacional, especialmente en danza moderna, es también psicoterapeuta formada en el sistema Río Abierto, lo que la llevó a fundar y dirigir el Espacio de Desarrollo Armónico en Montevideo.

La artista, que montará un espectáculo del Ballet del Sodre en 2016, por invitación de su director Julio Bocca, brindó una entrevista al diario español La Vanguardia, en la que reflexiona sobre su abordaje artístico y terapéutico, dos caminos que confluyen con el objetivo de lograr un desarrollo integral del ser humano.

"Desde muy joven fui consciente de mi sombra, de que todo lo que vivimos por dentro acaba saliendo, y de la capacidad que todos tenemos de transformarla", comentó y calificó al baile como "la potencia energética".

"Es evidente que bailando se transforma la energía. Moviendo el cuerpo se conecta directamente con la emoción y con el sentimiento. Según qué movimientos trabajes cambian tu emoción y tu mente", valoró.

Sobre el sistema Río Abierto, Figueroa dijo que "es un trabajo de desarrollo humano a través de la expresión creativa y artística para encarnar en el cuerpo la alegría del alma. [...] Trabaja con todas las posibilidades del cuerpo: el movimiento, la mente, la intuición y las emociones, para que recuperemos el poder de ser lo que queremos ser, para armonizarnos".

Bailar es entonces, ante todo, una manera de sanar. "A través de las heridas de la infancia aprendemos a reaccionar, y esa reacción se repite de manera mecánica a lo largo de la vida. Tomar conciencia de ello y trabajarlo nos permite dejar de ser víctimas y asumir nuestro papel de cocreadores", apuntó.

En este enfoque, es necesario dar espacio a la mente, al corazón y al instinto vital y lograr que trabajen conjuntamente. "Precisamente, uno de los problemas de nuestra sociedad es que la mente se impone sin escuchar al cuerpo", explicó Figueroa.

"Yo diría que son las emociones las que nos dominan. No debemos temer nuestros impulsos sino confiar en que los podemos guiar, porque son parte del combustible para materializar nuestras aspiraciones", agregó. Para guiar esos impulsos hay que "aprender a honrar todo lo que somos aunque no nos guste, ya que lo que negamos saldrá por algún lado".

"El cuerpo es el vehículo hacia la catarsis", afirmó la bailarina, que cree que actualmente el cuerpo de transformó en objeto y ya no se usa como antes, cuando la actividad era el centro de la supervivencia. "Ves a hombres grandes, altos, potencialmente fuertes, todo el día sentados frente a un ordenador; de ahí nace una agresividad que proviene de no usar la energía, la fuerza", cuestionó.

"Despertar nuestra vitalidad en todas sus formas: la sexualidad, la fuerza, la alegría; la expansión del corazón, es una reeducación", destacó la uruguaya que se manifestó convencida de que cuando uno comienza a moverse, a poner en marcha músculos que nunca ha sentido y a tomar confianza en su cuerpo, puede notar grandes cambios no solo físicos sino también mentales.

"Solemos tener la energía subida a la cabeza. Ya de niños tenemos que ser inteligentes o simpáticos para que nos quieran, es decir: tenemos que construirnos desde la mente. Para curarnos de esa desconexión debemos bajar las emociones al cuerpo y al corazón", concluyó.


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