Caroline Mayorga tiene 30 años y reside en la ciudad brasileña de San Pablo. Días atrás enfrentó una situación que ella misma definió como “aterradora”, y que la obligó ingresar en un CTI en la zona sur de la metrópoli brasileña.
En su relato, la joven dijo que llegó al centro de salud en busca de alivio y convencida de que su malestar se debía a gases. Sin embargo, los médicos le diagnosticaron un infarto pulmonar.
“La noche del 24 de noviembre, un viernes, estaba en casa viendo televisión, preparándole brownies a mi sobrina. Alrededor de las 21:30 comencé a sentir un dolor, como puntadas en el lado izquierdo en las costillas”, molestias que ocasionalmente subían “hasta el hombro y el cuello”.
“Eran como los dolores de los gases. Continuaron y entonces decidí acostarme a ver si se me pasaba”, dijo Mayorga en diálogo con el portal noticioso G1.
“Me desperté alrededor de las 8:30 y pensé que había algo extraño, porque el dolor no había desaparecido. Llevaba casi 12 horas con el mismo dolor. Decidí ir al hospital, porque me estaba molestando y tenía un compromiso”, recordó.
En el Hospital São Luiz, ubicado en el elegante barrio de Morumbi, fue sometida a exámenes diversos, proceso durante el que “el dolor no desapareció, solo empeoró”, contó la mujer.
“Me hice todas las pruebas y la doctora me volvió a llamar. Me dijo que tenía un infarto pulmonar bilateral. El protocolo era ingresarme directamente en el CTI. Estuve en el hospital seis días”, narró.
“En el CTI no se duerme bien, porque hay luces encendidas, ruidos todo el tiempo, gente quejándose de dolor. Además, da sensación de soledad, porque los horarios de visita son muy restringidos. Yo tenía mucho miedo, porque escuchaba a la gente hablar de sus casos y yo nunca había estado hospitalizada. Fue aterrador”, rememoró acerca de su desagradable experiencia.
Finalmente, la paciente fue dada de alta el 30 de noviembre, aunque continúa en tratamiento.
La dolencia
Rodolfo Behrsin, neumólogo y profesor de la Universidad Federal del Estado de Rio de Janeiro, explicó al citado medio que el infarto pulmonar que afectó a Caroline Mayorga generalmente sobreviene a consecuencia de una embolia pulmonar, es decir, cuando una arteria pulmonar está obstruida por la acumulación de material sólido que atraviesa el pulmón acarreado por el torrente sanguíneo, y que incluso podría ser un coágulo de sangre.
“Cuando el paciente tiene una embolia, dependiendo del tamaño, obstruirá un vaso sanguíneo. Este vaso obstruido no podrá llevar sangre a las regiones que alimenta. En consecuencia, esa región se necrosará y tendremos un infarto pulmonar”, explicó el galeno.
Entre los posibles síntomas de un infarto pulmonar, los principales descritos son dificultad para respirar, dolor de espalda y vetas de sangre en el esputo. Hasta ahora no se sabe exactamente qué causó la embolia de Mayorga, pero una hipótesis planteada por Behrsin es que puede estar relacionada con el uso de píldoras anticonceptivas.
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