Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Cólera funesta

Enojarse a menudo puede incrementar el riesgo cardíaco

Así lo sugiere un reciente estudio llevado a cabo en Estados Unidos.

02.05.2024 14:23

Lectura: 4'

2024-05-02T14:23:00-03:00
Compartir en

Sentirse enojado contrae los vasos sanguíneos de formas malsanas y podría aumentar las probabilidades a largo plazo de enfermedad cardiaca de una persona, advierte una investigación reciente.

“Si usted es una persona que se enoja todo el tiempo, tiene lesiones crónicas en los vasos sanguíneos”, señaló el líder del estudio, el Dr. Daichi Shimbo, cardiólogo del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.

Su equipo llevó a cabo experimentos en los que se monitorizó la actividad de los vasos sanguíneos mientras las personas estaban en estados de ira frente a estados de ansiedad, tristeza o emociones neutras.

Descubrieron que un estado mental de enojo estaba relacionado con una incapacidad temporal de los vasos sanguíneos para dilatarse (relajarse) como deberían. Estos efectos duraron hasta 40 minutos después de que terminara el arrebato de ira.

“Durante mucho tiempo hemos sospechado, basándonos en estudios observacionales, que la ira puede afectar negativamente al corazón. Este estudio en adultos sanos ayuda a llenar un vacío de conocimiento real y muestra cómo esto podría ocurrir”, dijo Laurie Friedman Donze, psicóloga y funcionaria de programas en la División de Aplicaciones Clínicas y Prevención del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI, por sus siglas en inglés), que financió el estudio.

La investigación “también abre la puerta a la promoción de intervenciones para el manejo de la ira como una forma potencial de ayudar a evitar la enfermedad cardíaca, la principal causa de muerte en este país”.

El estudio aparece en la edición del 1º de mayo de la revista Journal of the American Heart Association, y en él participaron 280 residentes adultos sanos de la ciudad de Nueva York menores de 74 años. El grupo era joven, con un promedio de 26 años de edad, y no tenía antecedentes de enfermedad cardíaca ni de factores de riesgo cardíaco importantes, como hipertensión, colesterol alto o diabetes.

Todos los participantes fueron monitoreados para detectar cambios en los vasos sanguíneos en sus brazos dominantes, y luego se les pidió que participaran en charlas o lecturas muy personales de ocho minutos que provocaron varios estados emocionales: ira, tristeza, ansiedad o ninguna emoción intensificada en absoluto (el grupo de control).

El grupo de Shimbo encontró que la dilatación sana de los vasos sanguíneos se inhibía cuando la gente estaba enojada.

Esto no se observó entre las personas en estados de ansiedad o tristeza, anotó el equipo.

Los investigadores anotaron que el deterioro de la dilatación es con frecuencia un precursor de una acumulación peligrosa de grasa en las paredes arteriales, conocida como aterosclerosis. Eso puede aumentar las probabilidades de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.

“Son estas lesiones crónicas [vinculadas con la ira] a lo largo del tiempo las que podrían provocar efectos irreversibles en la salud vascular y al final aumentar el riesgo de enfermedad cardiaca”, señaló Shimbo en un comunicado de prensa del NHLBI, recogido por HealthDay News.

Dijo que aún no está claro cómo la ira afecta la dilatación de los vasos sanguíneos. Tal vez active el sistema nervioso autónomo, las hormonas del estrés o la inflamación de las arterias, dijo Shimbo. Solo investigaciones posteriores pueden revelar los mecanismos exactos, añadió.

¿Podrían los estados emocionales positivos, como la alegría o la risa, contrarrestar los efectos nocivos de la ira en el corazón? Investigaciones posteriores también podrían dilucidar esa pregunta.

Mientras tanto, la gestión de la ira siempre es una buena idea para la salud mental y física, dijo el equipo.

El ejercicio, el yoga, la respiración profunda y la terapia cognitivo-conductual (TCC) son vías potenciales para una vida menos llena de ira, dijo Donze.