El pene enterrado, a veces llamado pene oculto, se produce cuando un falo de tamaño normal está total o parcialmente oculto por el escroto o por un exceso de tejido (grasa o piel) en el área púbica. Puede ser congénito o adquirido con el tiempo, en este último caso suele suceder a consecuencia de la obesidad.

La prevalencia de esta patología es desconocida, situación que podría atribuirse a que no es reportada a los prestadores de salud. Sin embargo, los investigadores estiman que la cantidad de casos crecerá, unida al aumento de las tasas de sobrepeso.

Recientemente, la publicación especializada en salud Veryweel Healt publicó un detallado artículo acerca de esa condición. En dicha nota se lee que el pene enterrado se puede clasificar en dos tipos:

Pene enterrado congénito: Presente al nacer.

Pene enterrado adquirido por adultos: Se desarrolla más adelante en la vida.

Síntomas del pene enterrado

El pene tiene un tamaño típico, pero está oculto dentro de la piel o la grasa del escroto, el abdomen, la pelvis o los muslos.

El pene puede estar completamente cubierto o la punta del pene aún puede ser visible.

En algunas personas, se puede formar una cicatriz (banda apretada de tejido cicatricial) alrededor del pene.

Otros síntomas asociados con el pene enterrado incluyen:

Dificultad con las erecciones.

Dolor con la erección o la eyaculación.

Problemas para orinar, como goteo de orina o no poder orinar de pie.

Infecciones del tracto urinario.

Incapacidad para exponer el pene o dolor al intentar hacerlo.

Problemas con la higiene (la orina puede quedar atrapada debajo del exceso de tejido alrededor del pene).

Inflamación.

Infección bacteriana o fúngica.

Dificultad o dolor con el sexo con penetración (o la incapacidad de tener sexo con penetración).

Problemas de salud mental, como depresión, sentimientos de duda o baja autoestima.

Causas del pene enterrado

Las causas del pene enterrado dependen de si es congénito o adquirido. En el primer caso se incluyen las siguientes:

Pene palmeado: El eje del pene está atado a la línea media del escroto por un pliegue o red de piel, o está enterrado en el escroto.

Dartos disgénico: Falta de apoyo de la fascia dartos (tejido conectivo) al pene. El tejido conectivo carece de una buena unión al ligamento suspensorio.

En el caso de que a enfermedad no sea congénita, puede originarse por las siguientes causas:

Tener obesidad: es la causa más común de pene enterrado adquirido. El exceso de grasa alrededor del abdomen, la pelvis o los genitales puede cubrir el pene.

Linfedema genital: inflamación del escroto debido a una acumulación de líquido linfático.

Liquen escleroso: Inflamación de la región genital/anal, que produce tejido cicatricial y causa dolor e irritación en la punta del pene o el prepucio. También puede causar manchas blancas y pálidas en la piel.

Hidradenitis supurativa: hinchazón del tejido alrededor del pene debido a la inflamación de las glándulas sudoríparas en la ingle.

Cirugías anteriores: el tejido cicatricial de cirugías anteriores (como la cirugía de agrandamiento del pene) puede ocultar el pene.

Trauma: la lesión en el área genital podría provocar hinchazón y cicatrización.

Fimosis: Cicatrización del tejido genital causada por inflamación e infección.

Complicaciones de la circuncisión: Cambios en los contornos externos del pene debido a que se extirpó demasiado o muy poco prepucio durante la circuncisión.

Diagnóstico

Por lo general, un proveedor de atención médica puede diagnosticar un pene enterrado congénito a través de un examen visual y físico sin necesidad de más pruebas.

El pene enterrado adquirido a menudo también se puede diagnosticar a través de un examen físico realizado por un proveedor de atención médica o, si es necesario, un urólogo.

Durante el examen, el proveedor de atención médica obtendrá un historial médico completo, incluido cuánto tiempo ha estado enterrado el pene y si hay otros síntomas que lo acompañen. También querrán saber cuáles son los objetivos del tratamiento (restaurar la función sexual, higiene, orinar, ponerse de pie, etc.).

También se descartarán otras posibles afecciones del pene, como el micropene (pene pequeño).

En algunos casos, se pueden realizar pruebas como una cistoscopia (una cámara delgada que se inserta en la uretra) o una uretrografía retrógrada (una radiografía de la uretra con medio de contraste).

Tratamiento

Los niños con pene enterrado a menudo superan la condición sin intervención. Puede ser necesario un tratamiento, como la cirugía, si el pene enterrado está causando problemas, como dificultades duraderas para orinar.

El tratamiento para un pene enterrado adquirido depende de la causa de los síntomas.

Opciones de tratamiento menos invasivas

Pérdida de grasa

Si el exceso de tejido adiposo contribuye al pene enterrado, un proveedor de atención médica puede recomendar un programa de pérdida de grasa como tratamiento por sí solo o como predecesor de otros tratamientos, como la cirugía. Su proveedor de atención médica puede sugerir:

Trabajar con un dietista registrado para hacer un plan de pérdida de grasa.

Exploración de la cirugía bariátrica (“cirugía de pérdida de peso”) como una opción para la pérdida de grasa.

Crema esteroide tópica: aplicada a la piel puede ayudar si hay una banda de piel apretada alrededor del pene, lo que hace que el pene se sepulte. Este tratamiento consiste en exponer el pene tirando hacia atrás del tejido cercano y aplicando la crema varias veces al día. Puede tardar semanas o meses en funcionar.

Incisiones en la piel del pene

Este tratamiento, también conocido como incisión dorsal o circuncisión de revisión, implica uno o más cortes realizados a través del tejido cicatricial del pene. La disposición de los bordes de la piel permite que el tejido cicatricial se abra y exponga el pene. Tirar hacia atrás del tejido cercano para exponer el pene se repite todos los días.

Cirugía

Es posible que se necesite cirugía para exponer la cabeza del pene. Hay varias opciones disponibles, dependiendo de la causa del pene enterrado, la condición de la piel que cubre el pene y la forma de su cuerpo.

Si el pene enterrado no se trata, puede provocar complicaciones como:

Problemas con la higiene

Bloqueo urinario

Dolor durante el coito

Problemas de erección

Infecciones de la piel

Infecciones del tracto urinario

Mayor riesgo de cáncer de pene

Problemas con la fertilidad

Dolor crónico

Ansiedad

Depresión

Pronóstico

Las personas con un pene enterrado que se someten a un tratamiento quirúrgico a menudo ven mejoras en áreas como:

Consideraciones sexuales, como la función eréctil, la eyaculación y la satisfacción sexual en general.

Función urinaria.

Higiene genital.

Estética.

Un pene enterrado relacionado con la obesidad puede reaparecer si no se toman medidas de estilo de vida para reducir y evitar el exceso de grasa en el área genital. Hable con su proveedor de atención médica sobre las estrategias para evitar que el pene enterrado vuelva a aparecer.

Vivir con un pene enterrado y someterse a un tratamiento puede presentar desafíos físicos y mentales. La atención de la salud mental, como el asesoramiento psicológico, puede ser beneficiosa para superar las emociones complejas asociadas con esta afección.