Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Batteries not included

Electrizante: hombre de 73 años se introdujo tres pilas en el pene y no las pudo sacar

Ocurrió en Australia. Los médicos retiraron los objetos, pero no tuvieron más opción que amputar parte de la uretra.

20.02.2024 09:35

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2024-02-20T09:35:00-03:00
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Los médicos del área de urgencia en los hospitales están acostumbrados a recibir los casos más curiosos. Sin embargo, la creatividad del ser humano para hacerse daño de la manera más absurda siempre es capaz de sorprender.

Así lo demuestra un caso ocurrido recientemente en Australia, donde un hombre de 73 años acudió a un centro de salud en busca de ayuda para una “situación” que no había logrado resolver por sus propios medios.

Según un estudio publicado por la revista especializada Urology Case Reports, el sujeto se había introducido pilas de tipo botón en la uretra en busca de “gratificación sexual”. El hombre llegó a introducir tres baterías por su meato, antes de comprobar que no las podía quitar.

De acuerdo con el informe, el hombre contó que ya había hecho lo mismo otras veces, pero en las ocasiones anteriores pudo quitar él mismo los objetos. Sin embargo, en la última oportunidad no pudo hacerlo, y en sus desesperados intentos solo logró que las pilas se fueran todavía más adentro.

“Hasta donde sabemos, este es el primer caso reportado de necrosis uretral por inserción de pila de botón”, escribieron los autores del estudio.

El hombre buscó atención médica 24 horas después del incidente. Se presentó al servicio de urgencias con “dolor moderado en el pene, parafimosis grave y síntomas urinarios obstructivos que incluían flujo urinario débil, esfuerzo y sensación de vaciado incompleto de la vejiga”, detalla el trabajo.

Los médicos encargaron estudios de imagen para localizar los objetos y luego procedieron de inmediato a retirarlos, ya que su corrosividad puede causar necrosis en cuestión de pocas horas. Los profesionales también temían que sobreviniera la gangrena de Fournier, una infección que es poco común, pero potencialmente letal. Esta dolencia afecta el escroto, el pene y el perineo.

Después de varios intentos infructuosos, los médicos finalmente pudieron retirar las pilas con unas pinzas. “Todas las baterías extraídas estaban recubiertas con un material negro parecido al alquitrán”, escribieron.

Sin embargo, la historia no terminó ahí. Diez días más tarde, el hombre regresó al hospital quejándose de una inflamación y “secreciones repugnantes”. Los facultativos practicaron una incisión y de inmediato se produjo un gran derrame de líquido. Así comprobaron que sus temores se habían cumplido: el paciente había sufrido una severa necrosis, y no tuvieron más remedio que extirparle parte de la uretra.

“Dada la complejidad de su lesión, se consideró que la reconstrucción formal de la uretra del pene probablemente requeriría una reparación en tres etapas”, detallaron los galenos, que describieron el delicado procedimiento de seis meses de injertos de membrana mucosa. Después de evaluar el severo daño sufrido, los médicos finalmente decidieron que la mejor opción era no insistir en la reconstrucción del pene.