La Sociedad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética del Uruguay (Scpreu) alertó sobre los riesgos de someterse a intervenciones estéticas realizadas por personas no calificadas o en centros no habilitados, y recordó que toda cirugía plástica es, ante todo, un acto médico que requiere condiciones seguras y profesionales certificados.
“La cirugía estética debe realizarse con los mismos criterios de seguridad y responsabilidad que cualquier otra cirugía médica”, subrayó la doctora Eliana Camacho, integrante de la Comisión de Cirugía Estética de Scpreu, quien insistió en que “ningún beneficio estético justifica un procedimiento fuera de las normas establecidas”.
Camacho advirtió que los pacientes deben desconfiar de ofertas que prioricen el costo o la rapidez por encima de las garantías sanitarias y la habilitación profesional. “Esta tendencia refleja una banalización peligrosa de los actos médicos, porque toda cirugía conlleva riesgos que solo pueden minimizarse con equipos formados y centros certificados”, señaló.
Condiciones básicas para una cirugía segura
Según Scpreu, la seguridad del paciente depende de cumplir una serie de requisitos fundamentales:
- Evaluación preoperatoria completa, con historia clínica y estudios previos.
- Cirujanos plásticos titulados y autorizados, verificables en la web del MSP (Infotítulos) y en el sitio oficial de Scpreu.
- Instalaciones habilitadas, con block quirúrgico certificado y normas de asepsia.
- Equipo médico multidisciplinario, con anestesista y personal de enfermería capacitado.
- Protocolos rigurosos de esterilización y recuperación posoperatoria.
- Consentimiento informado, entregado y explicado con anticipación.
Cada uno de estos pasos, explicó Camacho, busca “garantizar la seguridad antes, durante y después del procedimiento, evitando complicaciones que pueden ser graves o irreversibles”.
Alertas recientes y nuevos riesgos
La Scpreu manifestó su preocupación por el aumento de complicaciones derivadas de intervenciones sin control médico. Entre los ejemplos citados figura la llamada Extracción Lipídica Mínima Ambulatoria (MELA), promocionada en redes sociales como tratamiento menor, pero que en realidad es una lipoaspiración y debe realizarse exclusivamente por un cirujano plástico en un block quirúrgico habilitado.
“Ningún procedimiento que involucre extracción de grasa es menor”, enfatizó Camacho. “Requiere las mismas condiciones de seguridad que una cirugía tradicional”.
La institución también alertó sobre el auge del turismo médico, una práctica que lleva a muchos pacientes a operarse en el extranjero por precios más bajos. “En muchos casos, estos procedimientos se realizan fuera de marcos regulatorios seguros, sin supervisión ni respaldo institucional. Cuando surgen complicaciones, el paciente queda sin seguimiento ni respuesta inmediata del equipo tratante”, advirtió.
Un rol activo del paciente
Scpreu recuerda que la seguridad también depende del propio paciente, que tiene el derecho —y la responsabilidad— de informarse, preguntar y verificar credenciales antes de cualquier intervención.
“Un paciente informado es un paciente protegido”, sostuvo Camacho, quien llamó a no dejarse guiar por redes sociales o recomendaciones sin respaldo profesional. Cumplir con las indicaciones pre y posoperatorias y respetar los tiempos de recuperación son claves para reducir riesgos y mejorar los resultados.
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