Los hijos de una mujer que fue asesinada en 2010 dentro del Hospital Regional del Oeste de Chapecó serán indemnizados y recibirán una pensión, según informa el periódico local Diário do Iguaçu.
El Estado de Santa Catarina y la Asociación Hospitalaria Lenoir Vargas Ferreira (administradora del Hospital Regional del Oeste) fueron condenados a pagar una indemnización de 80.000 reales (unos 695.000 pesos) más una pensión de 170 reales a los cuatro hijos, que al momento de cometerse el crimen eran menores de edad.

La víctima, Alessandra Mendes, estaba internada en observación cuando murió a manos de su ex pareja. El monto de la pensión se estableció a partir de los ingresos de la víctima (alrededor de 1.000 reales al mes) y porque los niños quedaron bajo la custodia de parientes diversos. La pensión debe pagarse retroactivamente a la fecha del crimen y con intereses, y mantenerse hasta que los dependientes de la víctima cumplen 25 años, detalla la citada crónica.

El fallo del tribual chapecoense condena explícitamente "la negligencia y omisión que resultaron evidentes en los servicios de seguridad privada, a quienes cumplía vigilar e impedir el acceso del asesino a las dependencias del hospital; de los funcionarios encargados de la selección en la recepción del hospital, que fueron negligentes al no comunicar el intento de ingreso del homicida. También las enfermeras de turno fueron negligentes con el deber de protección y asistencia al indicar al asesino el cuarto en que estaba la paciente, sin antes averiguar su identidad ni comprobar la versión. Las fallas en los servicios de vigilancia, guardia y protección fueron confirmadas por los testigos".

El crimen

Alessandra Mendes, que trabajaba como guardia de seguridad, ya había pedido ayuda varias veces. De hecho había presentado varias denuncias contra su ex compañero, Vanderlei Puerari, por violencia doméstica.

En la tarde del 9 de mayo de 2010, Puerari fue al lugar de trabajo de Alessandra y la hirió con un arma blanca. Luego le quitó a la mujer su arma de fuego reglamentaria y le disparó. Ella fue socorrida y no corría riesgo de muerte, pero pasaría la noche internada en observación.

Alrededor de las 02.30 del día siguiente, el agresor ingresó en el hospital, dio un nombre falso en la recepción y logró que una enfermera le indicara la habitación donde estaba internada su víctima. Luego accedió a dicho cuarto a través de una ventana y, todavía en posesión del arma que le había quitado a su ex pareja, disparó contra ella y la mató en su propio lecho de convalecencia.
Puerari fue detenido y en el año 2011 se lo condenó a 27 años y 11 meses de prisión.