El mes pasado, Clarke confesó que sufrió dos aneurismas mientras rodaba la serie y que por ello fue operada y estuvo convaleciente en un hospital.
Durante un entrenamiento en Londres sintió "como si una banda elástica estuviera estrujándole el cerebro" y pidió un descanso. "Alcancé el lavabo, me caí de rodillas y procedí a vomitar de manera violenta y voluminosa mientras el dolor se volvía peor", contó según recoge El Español. Y dijo que supo que su "cerebro estaba dañado".
Tras un escáner cerebral descubrieron que había sufrido una ruptura arterial en el cerebro. Dos años después, regresó al hospital con otro aneurisma. "Con el segundo, hubo un poco de mi cerebro que realmente murió", dijo a la CBS. "Si una parte de tu cerebro no recibe sangre por un minuto, simplemente dejará de funcionar. Es como un cortocircuito".
"Esa fue una profunda paranoia, también desde la primera vez. Pensé: '¿Qué pasa si ya no puedo actuar?, ¡ha sido mi razón de vivir durante mucho tiempo!". En la recuperación le preguntaban su nombre completo y era incapaz de recordarlo. "Soy una actriz, necesito recordar mis papeles. Y ahora no recuerdo ni mi propio nombre".