El actor Jeremy Renner, conocido mundialmente por su papel de Hawkeye en la saga Avengers, ha ofrecido una conmovedora reflexión sobre su experiencia cercana a la muerte tras el grave accidente que sufrió con una quitanieves en enero de 2023, en Nevada, Estados Unidos.
Durante una conversación con Kelly Ripa en su pódcast Hablemos fuera de cámara, el intérprete reveló que, al encontrarse al límite de la vida, experimentó una paz profunda y casi mística. "Fue un gran alivio... es la paz más emocionante que puedas sentir. No quería volver", relató con serenidad.
Renner, quien fue hospitalizado en estado crítico tras ser atropellado por su propio vehículo mientras intentaba salvar a su sobrino, se rompió más de 30 huesos y se sometió a múltiples cirugías. Sin embargo, más allá del dolor físico, lo que lo marcó profundamente fue esa sensación de desprendimiento: “Es un alivio maravilloso ser separado de tu cuerpo... eres los átomos de quien eres”.
Una transformación personal
El también protagonista de The Hurt Locker y The Town —ambas películas que le valieron nominaciones al Óscar— compartió que el episodio cambió su visión de la vida: “Voy a vivir la vida a mi manera. Y para nadie más”.
Renner reconoció que su regreso a la conciencia no fue placentero. "Volví y estaba muy enojado. Pensé: “¡Mierda! He vuelto”, contó entre risas, recordando el momento en que volvió a ver sus piernas lastimadas y entendió el nivel del sufrimiento físico que lo aguardaba.
Un testimonio de resiliencia
Más allá de lo anecdótico, las palabras del actor ofrecen una rara ventana a la dimensión espiritual de los sobrevivientes de traumas severos, una temática que suele quedar relegada en el discurso médico o mediático. Su experiencia conecta con relatos similares de quienes han estado clínicamente cerca de la muerte y afirman haber sentido una calma inexplicable o visiones introspectivas.
La historia de Jeremy Renner, más allá del morbo o la celebridad, resuena como un testimonio de transformación y resiliencia. Una voz que, desde Hollywood, puede inspirar reflexiones más amplias sobre el valor de la vida, la cercanía de la muerte y la capacidad humana de reinventarse tras el trauma.