“Hablan del borracho, del golpeador, pero fui víctima”: De Vargas sobre salud mental

Anoche, en una de sus participaciones habituales n el programa Hacemos lo que podemos (Undertake Media), el comunicador Humberto de Vargas mostró una faceta emotiva y por momentos iracunda.

Ante las cámaras, decidió abordar un asunto que lo toca de cerca: la salud mental y la depresión. En su alocución, se refirió a dos casos recientes que conmovieron a la opinión pública: el suicidio de una agente de Policía, que se arrojó de una ventana con su bebé en brazos, y el intento de autoeliminación de una adolescente trans en Artigas.

En una vibrante alocución, De Vargas criticó el odio sistemático y la falta de empatía que campan a sus anchas en las redes sociales, factores que pueden resultar destructivos para personas vulnerables.

“Muchos uruguayas y uruguayas padecen problemas de salud mental, y no todos tienen la contención de familiares y amigos. E incluso teniéndola, tienen que soportar en las redes el enjuiciamiento, la barbarie que comete la sociedad uruguaya de forma completamente impune, porque se esconden tras nombres falsos, porque les parece ser que consiguen sus quince minutos de fama, y lo que hacen a veces es empujar q gente, que no tiene la posibilidad de levantarse, a terminar suicidándose. De esas muertes somos culpables”, expresó.

"Es un tema que me enoja e irrita profundamente, porque he sido, y soy todavía, víctima de esa situación. No me he podido recuperar, y a esta edad difícilmente me recupere, de algo ocurrido hace un tiempo”, señaló.

Si bien no profundizó en la situación mencionada, el contexto de sus dichos permite inferir que se refería a los sucedido en el año 2022, cuando fue detenido por la Policía mientras conducía en estado de ebriedad. En aquella ocasión, el comunicador mantuvo un altercado con los agentes dentro del patrullero y luego los insultó dentro de la comisaría, episodios cuyo audio quedó grabado y se viralizó en redes sociales. Meses después, De Vargas fue despedido de Canal 10, televisora en la que había trabajado durante toda su carrera profesional.

“En los chats hay gente que deja mensajes hablando del borracho, del golpeador, del impresentable. Olvidan todos ellos que fui víctima de una enfermedad con derivaciones muy importantes en salud mental”, dijo. En concreto, recordó que padeció “depresión aguda, agorafobia, ataques de pánico”, situación que me llevó entre otras cosas a la adicción al alcohol. Fui destrozado, pero acá me tienen: tuve la fuerza para salir de mi problema de salud mental”, expresó.

En ese sentido, el presentador agradeció a los profesionales médicos que lo trataron, a su familia y también a “otras personas” en las redes que, al contrario de lo que hacen los haters, le brindaron palabras de aliento.

“Hagan oídos sordos a los comentarios, no se metan en Facebook o Instagram a ver las barbaridades y estupideces que dicen de nosotros. Háganse fuertes, que de esto se sale. Magullado, pero se sale”, aconsejó a las personas que atraviesan por situaciones similares.

Un rumor persistente

Posteriormente, el comunicador Richard Galeano, anfitrión del programa, consultó a  De Vargas acerca de lo que sentía acerca de las versiones que circulan desde hace años en redes sociales acerca de su relación con su primera esposa, la periodista Laura Daners, quien falleció en 2010 cuando tenía 43 años y llevaba casi una década separada de De Vargas. Desde aquella época, circulan en redes sociales versiones sobre maltrato físico por parte del comunicado hacia su entonces compañera.

“A todos esos les digo que se informen. Es muy fácil hacerlo, hubo juicios de por medio, intervino la Justicia, los médicos forenses, está todo escrito en papel”, dijo.

“Yo tengo que tener respeto, como lo tuve durante todo este tiempo, por  una persona que ya no está, a la que amé profundamente y con que tuve una hija maravillosa”, refirió, para luego referirse a la fallecida periodista como “una de las mujeres más bellas del país, y que murió muy joven, cuando tenía mucho para dar”.

Finalmente, De Vargas consideró que no sería “de hombre ni de caballero hablar de quien no puede defenderse”, y aseguró que su hija, Josefina, “sabe toda la verdad y, quizá un día, cuando yo ya no esté, quiera hablar”.

Sin embargo, consideró que ella quizá comparta su mismo criterio, que consiste en “no cometer la torpeza de abrir la boca exclusivamente para alimentar la morbosidad de un montón de imbéciles que se dedican a hablar sin la más mínima prueba”.