Un hecho sacudió a la India esta semana: una joven celebró una ceremonia de matrimonio simbólica con el cuerpo de su novio, quien fue asesinado presuntamente por su familia debido a que pertenecía a la casta dalit, también conocida como la de los “intocables”.
El dramático suceso ocurrió en la localidad de Nanded, en el estado de Maharashtra, al oeste del país. La protagonista, Anchal Mamidwarm, de 21 años, relató a medios locales que mantenía una relación desde hacía tres años con su pareja, hasta que su familia descubrió la relación y se opuso rotundamente al matrimonio al saber que él pertenecía a una casta inferior.
Fue la propia familia de la joven la que organizó el asesinato del joven, cuyo nombre no fue divulgado oficialmente, en lo que sería otro caso de violencia por razones de casta, un fenómeno que, aunque ilegal, sigue siendo trágicamente frecuente en el país.
Durante la ceremonia, que fue grabada y ampliamente difundida por medios locales y redes sociales, Anchal se ve aplicándose sindoor, un polvo rojo tradicional que las mujeres hindúes casadas colocan en la raya del cabello como símbolo de unión matrimonial. Frente a ella, yace el cuerpo de su pareja, envuelto en un manto blanco.
La escena provocó un fuerte impacto en la opinión pública india, al exponer de forma brutal las consecuencias del sistema de castas, una estructura social profundamente arraigada en el país pese a haber sido prohibida oficialmente tras la independencia.
El sistema de castas hindú, derivado de antiguos textos religiosos, establece una jerarquía social basada en el nacimiento. Los dalits, ubicados en el nivel más bajo —por fuera incluso del sistema tradicional— han sido históricamente víctimas de discriminación, violencia y exclusión. Aunque en la India moderna estas prácticas son ilegales, persisten con fuerza en muchas regiones, especialmente en zonas rurales o más conservadoras.
Según el último censo de 2011, los dalits representan aproximadamente el 16,2% de la población india.
Con información de EFE