El robo fue descubierto el 1º de abril, el día anterior fue una jornada ardua en al bóveda del Banco República, dado que al otro día se deben realizar los pagos a las diferentes sucursales del BROU.
En el Tesoro de toda la central trabajan unos 40 empelados y en la sección en la que sucedió el robo unos cuatro empleados, ninguno con menos de 20 años de trabajo en el Banco.
Según las fuentes consultadas por Montevideo Portal, en la sección todos se llevaban bien, y apenas se conoció la falta del dinero comenzaron a buscar otras alternativas al robo, se buscó la plata y la plata no apareció.
Al detectarse la falta de los 350 mil euros, fueron separados del cargo y retenidos los sueldos del jefe de la sección, Ruben, quién se quitó la vida a falta de dos meses para ser restituido o despedido del banco, los otros tres funcionarios con los que trabajaba en esa sección y un empleado del Centro de Monitoreo que fue captado por las cámaras en la madrugada ingresando a una de las dos piezas en la que podría haberse perdido el dinero.
Tras el suicidio, una delegación de la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay se reunión con las autoridades del Banco República, reclamando por la presión que sufrieron los funcionarios investigados durante estos 120 días de investigación.
Dentro de los reclamos que se realizaron también se cuestionó la falta de celeridad de la Justicia para resolver el caso. Sin embargo el juez Fernández Lecchini afirmó a Montevideo Portal que la lentitud del proceso se debe a las diligencias especiales que el caso implica.
Según las fuentes, los sucesos comenzaron en la tardecita del lunes 31 de marzo, cuando el jefe de sección firmó un arqueo y se retiró de la sala, sin esperar que el paquete de euros fuera empaquetado. Bajó a cerrar otro arqueo al piso de abajo, a los 20 minutos regresó y ya todos los empleados se habían retirado.
Durante esos 20 minutos, dos empleados de la sala llevaron el carro con dinero hasta la bóveda. Según las fuentes, las cámaras registraron que uno de los empleados movió un objeto de la sala hasta atrás de una pared del dinero y el otro empleado que estaban con él, entró con un portafolio a la bóveda. Sin embargo la calidad de las imágenes no logra distinguir si el objeto trasladado se trata o no del paquete con dinero.
Entre la una y las dos de la mañana, uno de los empleados del Centro de Monitoreo que trabaja en el mismo piso en el turno de la noche, tomó la tarjeta maestra de su supervisora y entró a la sala donde era empaquetado el dinero, las cámaras del pasillo, que son las únicas que funcionan por la noche en el piso registraron que el empleado estuvo 53 segundos en esa sala y luego se trasladó al centro de control, donde no hay cámaras y permaneció allí 13 minutos, según habría declarado al juez, estuvo durmiendo un rato.
El ingreso a la sala de empaquetado lo justificó diciendo que había escuchado un ruido y salió a hacer una recorrida. Hacía dos meses que las cámaras no registraban una recorrida similar. Desde la sala de vigilancia en la que el empleado tomó la tarjeta de su supervisora no hay acceso a las cámaras de la sala de empaquetado, por lo que si el dinero aún estaba allí y él fue por el, alguien debió comunicárselo.
"Este muchacho (el del centro de monitoreo) y los otros dos, no tenían conexión. Trabajaban en el área, pero no tenían amistad. 350 mil euros son 600 mil dólares, dividido tres, son 200 mil dólares, no te cambia la vida", afirmaron las fuentes, que aseguraron que los billetes robados no tienen la numeración registrada y son fácilmente colocables en el mercado. "Robar 100 mil euros para perder el trabajo del banco, es muy poca plata, el empleo ese vale mucho más", agregó.
Por un reclamo de los trabajadores del banco, las cámaras de la sala de empaquetado solo toman los paquetes de dinero y no a los funcionarios; la Justicia no puede conocer quién manipuló el dinero en esa sala, ni tampoco tener la certeza si el objeto que quedó en el piso al final de la jornada, se trata de dinero o no.
De los tres empleados que trabajan en la sección del tesoro, uno no está siendo llamado por la Justicia desde hace varias audiencias, y le faltaban dos años para jubilarse, los otros dos restantes son quienes fueron tomados por las dos cámaras de la bóveda trasladando un paquete por detrás de la pared de dinero, ambos entre 40 y 50 años.
"Nosotros queremos que la Justicia se expida, porque por algo a Ruben no lo citaban, igual que al otro funcionario, pero ta está la posibilidad de que estuvieran todos", respondió al ser consultado si el suicidio del jefe de sección no podría haberse provocado por su responsabilidad en los hechos. Según informaron las fuentes, Ruben iba a ser sometido el próximo 5 de agosto a un cuestionario por parte del abogado de una de las partes.
"Una cosa que al él lo tenía muy nervioso que un abogado de estos dos (en referencia a uno de los trabajadores de la sección tesorería) había pedido autorización al banco para hacerle preguntas a todos los funcionarios y las autoridades del banco autorizaron a que hicieran como 200 preguntas a los funcionarios del banco y como 20 a Ruben (…) Entonces Ruben vio que le iban a tirar toda la responsabilidad, porque es la máxima autoridad, entonces este compañero pasaba de acusado a acusador y Ruben no aguantó esa instancia", comentó.
"Valgo más muerto que vivo", decía Ruben, el jefe de sección de Tesorería, en referencia la posibilidad de dejarle una pensión a su familia en caso de perder el trabajo. Al ser consultado sorbe su responsabilidad en los hechos, el juez Lecchini se limitó a decir que se conocerá cuando culmine la investigación.