El cardenal Daniel Sturla dedicó el feriado del 1º de mayo a peregrinar por Roma, visitar iglesias emblemáticas y reflexionar en silencio sobre una decisión histórica: la elección del próximo papa. En seis días, el 7 de mayo, comenzará el cónclave en el que, junto a otros 132 cardenales, definirá el liderazgo espiritual de los 1.400 millones de católicos del mundo.
“Espero que lo vivamos con serenidad y que sea corto”, expresó a AFP el arzobispo de Montevideo, salesiano de 65 años, quien fue creado cardenal en 2015. “Uno siente la carga, el peso de la responsabilidad”, añadió, mientras compartía una Coca Cola con hielo y limón cerca del Vaticano.
Durante su jornada, Sturla visitó la basílica de Santa María la Mayor —donde descansan los restos del papa Francisco— y la iglesia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Las visitas, dijo, sirvieron como espacio de oración y discernimiento.
Las congregaciones generales, reuniones previas al cónclave donde los cardenales comparten visiones sobre el rumbo de la Iglesia, han sido claves para el uruguayo. “Vengo pensando mucho, reflexionando, conversando con algunos cardenales y siendo un gran escuchador”, comentó.
Sturla reconoce que muchos de los electores, en especial aquellos provenientes de regiones históricamente periféricas, no se conocen entre sí. El 80% de los cardenales con voto fueron nombrados por Francisco, lo que otorga al cónclave un perfil más global y diverso.
Aunque evita especular sobre posibles papables, admite que ha comenzado a perfilar nombres. “Uno va pensando nombres, trata de averiguar qué material hay sobre esa persona, entrevistas que ha dado, su vida... Si lo puedo conocer también, mejor”.
Sobre el perfil del futuro papa, Sturla se mantiene fiel a su línea conservadora: espera “fidelidad a la doctrina de la Iglesia”. Pero también subraya la importancia de la comunicación con los fieles, la unidad eclesial y la atención a los más pobres. “Tiene que ser una Iglesia abierta a todos, pero con el corazón en los más vulnerables”, afirmó, evocando el legado social de Francisco.
Otro aspecto que el cardenal uruguayo considera esencial es la diplomacia vaticana. “La reunión Zelenski-Trump en el funeral de Francisco fue una señal de algo que la Iglesia puede seguir haciendo”, aseguró. Para Sturla, el próximo pontífice deberá asumir un rol activo en el diálogo entre religiones y en la mediación internacional.
Con información de AFP