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Siempre del lado de los grises

Psicóloga del Observatorio Comportamental advierte "distintos niveles de responsabilidad"

Alejandra López dijo que “es complejo determinar por qué la gente no cumple las medidas”, pero que no solo es responsabilidad individual.

13.04.2021 18:57

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2021-04-13T18:57:00-03:00
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Por Alejo Piazza

El presidente Luis Lacalle Pou dijo el pasado 16 de marzo en conferencia de prensa que no estaba satisfecho con el acatamiento por parte de la población con las medidas establecidas por el gobierno. "La responsabilidad es nuestra, y la asumimos, pero tiene que haber una concordancia entre la situación del país, las medidas del Gobierno y la conducta individual de la gente", manifestó en conferencia de prensa Lacalle.

El hecho de que la población no esté dispuesto a cancelar los eventos sociales pequeños podría ser una de las causas del peor momento de la pandemia, pero no es lineal, según afirman los expertos.

En tal sentido, Montevideo Portal dialogó con la psicóloga Alejandra López -integrante del Observatorio Socio Económico y Comportamental (OSEC), organismo que colabora con el Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) en temas que tienen que ver con lo psicosocial y económico- para consultarle sobre este tema. 

En primer lugar, la especialista explicó que el OSEC realizó dos mediciones (una en febrero y otra en marzo de este año en acuerdo con el PNUD a través de la Usina de Percepción Ciudadana) en la que midieron tres dimensiones: percepción de riesgo, percepción de efectividad de las medidas y percepción de acuerdo con las 11 medidas elegidas a nivel internacional. Este última dimensión -explicó- es una "aproximación de adherencia a las medidas". La psicóloga aclaró además que las percepción de adherencia a las medidas no tiene que ver con las que planteó el gobierno.

"El supuesto es: si las personas están de acuerdo con determinada medida, la hipótesis es que esa medida la cumpla. No medimos directamente el tipo comportamiento porque los comportamientos son muy difíciles de examinar directamente porque la gente te dice que cumple una medida, pero no es un indicador que se pueda tomar con confianza y es por eso que no se preguntan comportamientos directamente", añadió.

La discusión

Sobre la discusión entre el acatamiento individual de las medidas del gobierno o la imposición de más medidas, López dijo que es una de las discusiones que se está teniendo en estos momentos entre los expertos porque no es algo "lineal". Explicó que es complejo de determinar porqué la gente toma o no comportamientos protectivos porque la población no es "homogénea", sino que se ven diferencias, según los estudios por edades, género o grupos socioeconómicos.

"La población no es homogénea y hay sectores que de alguna manera entiende que hay medidas que son más efectivas que otras y que a su vez tienen un mayor acuerdo con esas medidas", explicó.

En este sentido, explicó que las medidas tienen menor o mayor "adherencia" y en función de eso se puede examinar si hay un mayor o no acatamiento. "Dentro de las medidas que son consideradas menos efectivas por la población están aquellas que limitan o afectan la interacción social. Por ejemplo, la cancelación de reuniones pequeñas es una de las medidas que tienen menor percepción de efectividad, si bien es más aceptada en marzo con respecto a febrero", informó. 

Con respecto a las reuniones sociales, en febrero el científico Rafael Radi planteó que un 60% no estaba dispuesto a suspender sus eventos sociales. Hoy, según la psicóloga, los datos muestran que un tercio de la población está "muy de acuerdo" con cancelar las reuniones pequeñas (asados, cumpleaños, etc.), un tercio que está en desacuerdo con eso y un tercio final que está en el medio.

"¿Por qué miramos esto? porque esa es, tal vez, la medida que da una indicación que hay mayores dificultades de la gente a renunciar a determinado tipo de actividades que le da cierto margen de salida de la burbuja de convivencia, como reuniones, asados o cumpleaños. Aunque sean pequeños, igualmente es salir de la burbuja de convivencia, lo mismo con el tema de los bares, que también es una medida que recorta la actividad social más allá del núcleo de convivencia", explicó.

Además, con respecto a la ida a bares, agregó: "Hay un mayor riesgo si vas a un bar, más allá de que cumplas con las medidas sanitarias. Una cosa es que vos te quedes en tu casa y otra cosa es que vayas a un bar. Por más que te cuides, hay una zona de riesgo que estás asumiendo".

¿"Quedate en casa" o "quedate en tu burbuja"?

En esta línea, la especialista fue consultada a título personal sobre si el mensaje del gobierno de "quédate en tu burbuja" que dio a la población fue acertado o si se debió hacer algo similar al "quédate en casa". López contestó que claramente el "quédate en tu burbuja" no es lo mismo que el mensaje de "quédate en casa". Este último es un mensaje  "concreto, unívoco y que no tiene muchas interpretaciones".

Sin embargo, el mensaje de "quédate en tu burbuja" que emitió el gobierno en primer lugar sí las tuvo. Incluso, la especialista destacó que los mensajes del gobierno con respecto a la burbuja fueron variando. "El uso de la expresión burbujas tuvo variaciones porque los primeros mensajes del gobierno en este último período, que fueron en el contexto de la Semana de Turismo, hablaban de burbujas sociales y después en el mensaje se ajustó en burbujas, pero familiares, de convivencia", aseguró.

"Efectivamente la expresión burbuja se transforma en una 'espuma', es decir, si no hay una clara delimitación a qué nos referimos con burbuja, el límite se va corriendo y cada quien lo interpreta en función de sus condiciones, posibilidades, circunstancias, deseos o motivaciones. Entonces, en ese sentido, es muy importante que haya comunicaciones claras porque si no queda un margen de interpretación muy laxo que hace que la gente lo interprete de muchas maneras y no necesariamente en un sentido que transmita la situación grave que estamos viviendo", añadió.

No es todo individual

De todas maneras, la integrante del OSEC resaltó que es importante no ubicar el problema solo en la responsabilidad individual porque, a pesar de que es verdad que hay un plano del comportamiento del individuo, "no es solamente esto lo que se pone en la balanza".

"Hay una serie de cuestiones. Hay gente que por sus circunstancias socioeconómicas está más expuesto a mayores riesgos porque, si vos tenés que salir a trabajar, tenés que usar transporte público o vas a un lugar de trabajo donde las normas no están claras. Hay una serie de circunstancias que hacen que vos no te puedas quedar necesariamente en tu casa si no hay en eso un Estado presente que proteja esa posibilidad. Hay que mirar los distintos niveles", indicó.

La psicóloga explicó que hay cuestiones colectivas y cuestiones que tienen que ver con la responsabilidad de la presencia del Estado y que son niveles que hay distinguir porque todos ellos tienen que ser tenidos en cuenta a la hora de analizar los datos. Los comportamientos humanos "son complejos" y hay que situarlos en su contexto. "No podemos analizar comportamientos por fuera el contexto porque el riesgo es que el discurso sea culpabilizador, moralista de la responsabilidad de la persona exclusivamente", aseguró.

"Y no es diluir la responsabilidad que nos cabe a cada uno como ciudadano de tener una visión comunitaria del problema, de colaborar con un problema que tiene que ver con el bien público, pero no podemos mirar solo la condición individual porque hay condiciones que favorecen más o menos en el cumplimiento de determinadas medidas", acotó.

Destacó que hay distintos niveles de responsabilidad y para eso aseguró que es necesario tener distintos niveles de compromiso:  "Tiene que haber un compromiso del Estado como espacio regulador de la vida social, hay una responsabilidad de la sociedad y hay un plano individual, pero lo que yo quiero es subrayar que hay que tener en cuenta los tres planos y no solo el individual porque el riesgo es marcar, estigmatizar a los 'irresponsables', cuando en realidad hay gente que no tiene margen para actuar de otra manera porque sus condiciones y posibilidades no se lo permiten y tienen que moverse o trabajar", argumentó.

Finalmente, cuestionada sobre si es necesario una mayor presencia mediática de estudios psicológicos y socioculturales en referencia a la epidemia de COVID-19, López indicó: "Creo que la ciencias sociales y humanas tienen una contribución muy importante para hacer en los temas que tienen que ver con la condición humana. Cuando hablamos de pandemia, además de hablar del virus, hablamos de las personas, sus comportamientos, sus entornos, sus circunstancias y sus trayectorias. Entonces, en ese sentido, tienen muchísimo para contribuir. En el caso de nuestro país la aportación de las ciencias sociales y en particular de la psicología se ha visibilizado con mayor claridad cuando se colocó en el centro a los comportamientos, los impactos psicosociales de la pandemia y la salud mental, todos ellos considerando su dimensión socioeconómica".

Por último, la especialista concluyó: "Lo que ha venido sucediendo es que a medida que hubo un acelerado conocimiento del funcionamiento del virus, sus variantes, sus formas de operar en el cuerpo humano y la sociedad, lo que ha empezado a visibilizarse más son las dimensiones que tienen que ver con el funcionamiento social de las personas, de los grupos con sus demandas en materia de bienestar, con los impactos de la salud mental, impactos socioeconómicos diferenciados que tiene esta realidad. Entonces, hoy aparece con más claridad la necesidad de contar con conocimiento desde las ciencias sociales y humanas para una mayor compresión del tiempo que vivimos. El diálogo interdisciplinario es clave en este sentido".

Por Alejo Piazza


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