Una familia sobrevivió a un grave accidente ocurrido en la mañana del lunes en la carretera BR-101, en la localidad Joaquim Gomes, en el estado brasileño de Alagoas.
El hecho de que los cinco ocupantes del auto sufrieran solo heridas leves o moderadas causó asombro a los socorristas, dado que el vehículo quedó literalmente comprimido entre dos camiones, y ese aplastamiento hacía temer lo peor.
Según informó el programa Fantástico, de TV Globo, el siniestro ocurrió en un tramo de carretera que se encuentra en obras, e involucró a ocho vehículos. Dos personas murieron.
Carlos Henrique, dentista, conducía el auto con su esposa, Sâmia Kelly, sus dos hijos —Pedro, de 7 años, y Nina, de 12— y su madre, Sebastiana, de 76 años. Regresaban de Maceió a Colonia Leopoldina, después de un fin de semana familiar.
El coche de la familia iba detrás de un camión y, en una curva, otro camión que venía detrás de ellos no frenó. El pesado vehículo rozó el lateral de un autobús e impactó violentamente el coche de la familia, que salió despedido hacia el camión que iba delante.
Videos grabados por testigos muestran cómo la desesperación cundió en el lugar. “¡Hay un niño ahí dentro!”, gritó un hombre al ver el coche aplastado por el camión. Carlos Henrique, atrapado entre los hierros retorcidos, respondió: “Estoy yo y los cinco aquí. Mi esposa, mi madre...”.
La operación de rescate duró aproximadamente dos horas. Todos los ocupantes del coche sobrevivieron, pero resultaron heridos. Pedro sufrió una fractura de mandíbula y su abuela se desmayó por el impacto. “Dios me dejó inconsciente. Si hubiera visto todo, no habría podido soportarlo”, dijo la septuagenaria.
El sargento Chirle Gutemberg, uno de los primeros bomberos en llegar, quedó impactado por la escena. “Parecía un maracuyá. El auto quedó completamente destrozado”, dijo. Según él, usar el cinturón de seguridad y tener las siete bolsas de aire del vehículo fue crucial para salvar a la familia.
El camión que causó el accidente transportaba zanahorias de Minas Gerais a Recife. Según la Policía Federal de Carreteras, el conductor, Anderson Luiz Santos Silva, de 36 años, había sido citado la noche anterior por no cumplir con el período de descanso obligatorio. Aun así, continuó su camino.
Tras el accidente, Anderson huyó del lugar y se entregó a la policía el lunes. En su declaración, afirmó que no vio ninguna señal de “pare y siga” después de la curva e intentó frenar, pero no lo logró. La defensa del conductor alega que la señalización vial defectuosa contribuyó al accidente. El Departamento Nacional de Transporte, a su vez, publicó fotos que muestran señales y conos a lo largo del tramo.
Fantástico (Globo TV)
La Policía Civil de Alagoas investiga el caso. El camión será examinado y el conductor se sometió a pruebas toxicológicas. De momento, quedó en libertad, pero podría ser acusado de homicidio intencional.
A pesar del trauma, la familia intenta salir adelante. “Creo que Dios dijo: ‘Tu hora no ha llegado’”, dijo Carlos Henrique. Sâmia añadió: “Hemos nacido de nuevo. Vamos a celebrar dos cumpleaños este año”.
Pedro, el hijo menor, recibió una fiesta anticipada de sus amigos. “Estoy mejor. Ahora solo quiero dos cosas: comer y olvidar todo esto”, dijo el niño.