Los precios al consumidor en Argentina volvieron a acelerarse en octubre pasado, al crecer 88 % interanual, la mayor tasa de las últimas tres décadas, y marchan rumbo a un alza acumulada de 100 % este año.

Según informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el índice de inflación fue en octubre de 6,3 % en comparación con el mes anterior, superó la tasa de 6,2 % registrada en setiembre y encadenó cuatro meses de subidas por encima de 6 %.

“En octubre volvió a incidir con fuerza la suba en el rubro de alimentos, que estuvo bien por encima del promedio”, señaló a EFE Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso.

Los precios al consumidor se dispararon en octubre a 88 % interanual, lo que representa un avance de cinco puntos porcentuales respecto a la variación registrada en setiembre pasado.

Esta subida interanual es la más alta desde noviembre de 1991 (91,3 %), cuando Argentina intentaba dejar atrás la hiperinflación de 1989-1990.

Según el informe del Indec, en los primeros diez meses del año Argentina acumuló una inflación de 76,6 %.

“Argentina es un caso casi único en el mundo del siglo XXI, con una inflación no solo alta y creciente, sino además que persiste por casi dos décadas”, observó Marí.

Rumbo a los tres dígitos 

En octubre pasado, Argentina y el Fondo Monetario Internacional corrigieron al alza la proyección de inflación para 2022, hasta un rango de 90-100 %, y la de 2023, al 55-65 %.

En tanto, los más recientes pronósticos privados que recaba mensualmente el Banco Central señalan que la inflación será este año de 100 % y en 2023 de 90 %.

“Esperamos que noviembre y diciembre registren tasas de inflación por encima de 6 %, con lo que el año cerraría con una inflación de 105 %”, apuntó Marí.

El experto advirtió que, “no obstante, hay que decir que los niveles de vulnerabilidad económica son muy altos y que cualquier shock negativo podría acelerar fuertemente estas tasas”.

Acuerdos y estabilización 

La elevada inflación, en particular la de los alimentos —del 6,2 % en octubre—, preocupa al gobierno de Alberto Fernández, que el pasado viernes lanzó un nuevo acuerdo con fabricantes de productos de consumo básico y supermercados para mantener fijos los precios de 1.700 productos por los próximos 120 días.

Este tipo de iniciativas no son nuevas. El flamante programa, de hecho, sustituye a otro similar que, con distintas variantes, se viene renovando desde finales de 2013 y cuya efectividad es cuestionada por consultores privados.

“Estas medidas resultan complejas de monitorear y tienen muy poco efecto en la dinámica inflacionaria a mediano plazo si no van acompañadas de un plan de estabilización que frene la indexación y la inercia inflacionaria”, señaló la firma Delphos Investment en un informe.

En todo caso, apuntó Delphos, el lanzamiento del programa de Precios Justos evidencia “la preocupación del Gobierno por la dinámica inflacionaria en rubros sensibles como los alimentos, en cuya cadena de comercialización impactan costos salariales, logísticos y las subas de materias primas”.

El Gobierno mismo ha admitido que el acuerdo no es “un punto de llegada” sino de partida en la senda hacia la estabilización de los precios y una vía para llevar algo de “tranquilidad” a los consumidores, cuyos ingresos corren mes a mes la dramática carrera contra la inflación.

El ministro de Economía argentino, Sergio Massa, afirmó el viernes pasado, al lanzar el programa, que este no resuelve por sí solo el problema de la inflación, sino que se requiere de una política fiscal “ordenada” y de acumulación de reservas monetarias.

EFE