Fotos: Javier Noceti / @javier.noceti

El maremágnum político que desataron las revelaciones de la exvicecanciller Carolina Ache a comienzos de noviembre, que terminaron con la renuncia de los ministros Luis Alberto Heber y Francisco Bustillo, el viceministro Guillermo Maciel y el asesor Roberto Lafluf, tuvieron, como uno de sus resultados, un enroque de puestos en el gabinete. Así, el ministro de Industria, Omar Paganini, pasó a ocupar la Cancillería que había dejado acéfala Bustillo, y la directora general de Secretaría del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) pasó a hacerse cargo de la cartera por lo que resta de gobierno.

Vale la pena saber quién es Elisa Facio (60), esta abuela de cuatro nietos y dos más en camino, que sueña con que sus nietas Isabella, Siena y Maite sean ingenieras. El anhelo tiene sentido: ella lo ha estudiado, y sabe que las mujeres, por lo general, estudian carreras con un propósito definido y las mujeres no parecen tener claro que una ingeniera puede resolver problemas difíciles en una sociedad, y que, básicamente todo está teñido por el trabajo de ingenieros: desde un puente hasta el celular que manipulamos todo el tiempo como un apéndice más del cuerpo humano.

Facio hace cuestión de empoderar a las mujeres para que se valgan por sí solas, para que tengan independencia económica, para que se animen a ocupar cargos de relevancia y liderazgo, cuando sus reclamos de equidad son escuchados y las oportunidades aparecen. He ahí una palabra que le gusta mucho a la nueva ministra: “oportunidad”. “Las amenazas son oportunidades, los cambios también lo son”, dice Facio, como moraleja de vida.

Ella ahora tiene una, y para eso, tiene lineamientos claros (los mismos que trazó y le legó Paganini): apostar al Uruguay Innovation Hub, a la inteligencia artificial (IA) y al hidrógeno verde. Asimismo, presionar para la legislación de una nueva Ley de Medios y para que se vote un Tratado de Cooperación de Patentes.

“Mi intención es que haya continuidad de la gestión de Paganini. Hay cosas que estaban muy claramente delineadas. Pienso en los programas de hidrógeno verde y de Uruguay Innovation Hub”

¿Qué quería ser de niña cuando fuera grande?

De niña muy chica, quería ser secretaria como mi mamá. Mi mamá era secretaria y trabajaba para mi papá. Ella había trabajado por su lado hasta que se casó, y ahí empezó a trabajar para mi papá, que era arquitecto. Mi papá tenía el estudio en mi casa y ella le hacía la secretaría. Yo quería replicar el modelo.

Es ingeniera de computación por la Udelar, donde cursó el magíster en Ingeniería en Computación. Y se ha desarrollado como especialista en Ingeniería de Software, tanto en el ámbito público como en el privado. Desde hace años, escuchamos que a los uruguayos se les da bien el software. Pero no son muchos los que están en el sector, ¿no?

Exacto. A poca gente le interesa la carrera, y es una dificultad. Son pocos los que emigran, hay muchísima gente talentosa que trabaja desde acá, para empresas del exterior, pero sin moverse de Uruguay. Y existe desde hace muchísimos años. El problema más grande es que poca gente elige esta carrera, y me interesa particularmente que las mujeres elijan esta carrera, porque hay muchísimas oportunidades laborales, los salarios son muy buenos y siempre hay trabajo. Es algo que tenemos que mostrar. Tenemos que mostrar la importancia del sector, de la ingeniería y en particular de la informática en la calidad de vida de las personas.

Yo he estudiado por qué las mujeres no estudian estas cosas, y una de las razones que se esgrimen es porque eligen carreras que tengan un propósito, entonces son maestras para enseñar o doctoras para curar, y no es evidente que si vos sos ingeniero, le cambiás la vida a todo el mundo, básicamente. Porque los ingenieros tenemos que encontrar soluciones para problemas difíciles. Fijate que toda la comunicación que hoy existe en el mundo, desde que se empezaron a hacer carreteras y puentes hasta hoy con internet, es todo ingeniería. Y lo que hace es acercar a las personas. La mala prensa de la matemática también es un problema.

Usted no desembarcó en el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) ahora, sino que ya estaba como directora general de Secretaría. ¿Con qué panorama se encontró al asumir?

La tarea de ministra es más de generar líneas de acción, contactos con otros ámbitos públicos y ámbitos privados, de movilizar hacia donde se necesite que se movilice el ministerio. Es más política; mi tarea anterior era más administrativa. Me encontré con un ministerio muy ordenado y con un equipo muy sólido. Paganini tenía una gestión de mucho contacto con los directores nacionales y yo participaba en las reuniones que él tenía con ellos, con lo cual tengo un conocimiento amplio de las cuestiones del ministerio y las cosas que están funcionando. Es un ministerio ordenado, con líneas de acción bien establecidas y un equipo de directores, y un viceministro muy alineados. 

¿Pretende que su ministerio sea una continuidad de la gestión de Paganini? ¿Esa es su intención?

Sí, es mi intención, que haya continuidad de la gestión de Paganini. Hay cosas que estaban muy claramente delineadas. Pienso en los programas de hidrógeno verde y de Uruguay Innovation Hub. 

¿Y en qué temas o intereses podremos notar su impronta, en este año de gobierno que resta?

Tengo por costumbre, cuando me encuentro en alguna situación nueva, preguntarme qué voy a dejar yo en esto, porque todos somos distintos y cada uno tiene una forma diferente. Habrá un foco más fuerte en el Innovation Hub, que es más de mi palo, así como me interesa la inteligencia artificial, pero todavía no tengo claro dónde lo voy a poder concretar. Tenemos mucho interés en que se vote la Ley de Medios y mucho interés en que se vote el TCP (el Tratado de Cooperación de Patentes). 

Entiendo que la IA es mucha cosa, y a veces no es lo que la gente se imagina. Hay muchas aplicaciones que se usan todos los días y muchas muy útiles de usar, pero también estoy re segura de que lo que te puede dar un Chat GPT es lo que te puede dar un (empleado) junior, nunca lo que te puede dar alguien con experiencia, que es el de que verdad le pone el alma a las cosas. 

“Le brillan los ojos cuando habla de ciencia, es una mujer científica”, me dijo alguien que la conoce muy bien. ¿Es así?

Sí, sí, me encanta todo lo que tenga que ver con ciencia e ingeniería. Yo disfruto cuando hago ruta y veo que se están construyendo puentes. Eso es desarrollo y creo que lo mejor que podemos hacer por el país es desarrollar al país y a su gente. 

Hábleme de la “economía del conocimiento”, que sé que promueve. Se lo escuché decir al economista y escultor Ricardo Pascale, y sé que es un concepto muy caro también para usted.

Yo leí el libro de Pascale Del freno al impulso (Planeta, 2021) y me fascinó. Nosotros venimos de una sociedad donde la economía, desde hace muchos años, se conocía como la administración de la fuerza de trabajo y el capital, Adam Smith puro. Riqueza con capital y fuerza de trabajo. Y ya hace mucho tiempo que se ve que, en realidad, se construye mucha riqueza con el conocimiento, con las personas que innovan, que tienen una idea diferente o tienen la capacidad de unir dos cosas diferentes. O de tomar algo que ya existía y darle una funcionalidad distinta. 

Te pongo un ejemplo: hace muchos años hubo un húngaro que se llamó Laszlo Biro, que es quien inventó el bolígrafo o la birome, y vivía en Argentina. Fue un invento revolucionario y sustituyó la clásica lapicera a fuente. Pero no consiguió que su invento fuera popular y tuviera un uso masivo. Él vendió la patente, y la compró un francés de apellido Bich, y él decidió que ese invento lo iba a poner en una lapicera transparente con los lados facetados para que no se cayera, y le quería poner su apellido a cada lapicera, pero como Bich tenía connotaciones inadecuadas en inglés, se terminó poniendo Bic. Entonces, la Bic es la industrialización del invento de Biro. Eso es economía del conocimiento: “Esto que inventó Fulano tiene una aplicación de esta forma”. Toma una idea, le da una vuelta de tuerca y la populariza. Así como ese ejemplo, hay miles así. Son ideas. El libro de Pascale habla de eso: cómo pensar las cosas de otra manera. Esto de “pensar” es un concepto del fundador de IBM, que tomó “Think” como claim. Decía [Thomas John] Watson: “Si todos nos dedicáramos a pensar, el mundo sería mejor”. Pensar y dedicarle tiempo a ver cómo podemos hacer las cosas mejor. Es identificar el problema y buscar soluciones distintas. 

¿Qué es el Uruguay Innovation Hub?

El Uruguay Innovation Hub es un espacio, no necesariamente físico, sino un ámbito, un ecosistema de colaboración que se quiere establecer en Uruguay para que los emprendedores, las personas que tienen ideas, las startups y las personas que quieren desarrollar sus productos o probar o testear sus proyectos, tengan un ambiente para hacerlo donde no necesiten hacer toda la inversión de la plataforma. Cosas en la nube, servidores y una cantidad de cosas, capaz que tenés que hacer una inversión muy grande para hacer una prueba. Nosotros tratamos de traer plataformas y tener un laboratorio abierto, y después existe un acuerdo con Microsoft, entonces hay un laboratorio de Microsoft en el LATU, donde las personas pueden ir y probar sus proyectos, testearlos, con tecnología Microsoft sin necesidad de invertir en la tecnología. Antes tenías que comprar la PC y todos los componentes, para después poder hacer la prueba. Y ahora lo que se busca es generar un espacio para ofrecer eso al mundo innovador y de las startups

El Innovation Hub tiene distintos instrumentos. Por otro lado, generar un espacio donde haya fondos, es un “fondo de fondos”. Esto nació con el MIEM, también está la ANII [Agencia Nacional de Investigación e Innovación], la OPP, el MEF y el LATU, como un pool. Entonces, uno de los instrumentos es un laboratorio abierto; otro es un fondo de fondos, entonces el gobierno dispuso de unos fondos para que se apalanquen otras inversiones que lleguen para las startups. Entonces también será un lugar para acompañar a las startups, para que puedan acelerar sus compañías. Vos tenés una idea y quizás no sepas cómo desarrollar una empresa, el emprendedor tiene una idea de lo que quiere hacer. Entonces, el Innovation Hub también sería una aceleradora de empresas, para que acompañen a los emprendedores, para que sepan cómo hacer para conseguir fondos y hacerlo crecer, o para acercar inversores de riesgo o venture capital. El Uruguay Innovation Hub también va a invertir en esas empresas donde haya interés de otros inversores privados para invertir. La idea es apalancar inversiones que hagan otros.

Estuvo 25 años en Anda (Asociación Nacional de Afiliados), en varios cargos, siete de ellos en la presidencia. ¿Cuáles fueron sus logros como presidenta?

Algo que me tiene orgullosa, de mi pasaje por Anda, es haber puesto el foco en el desarrollo de las personas que trabajan en la institución. Ya desde la vicepresidencia yo había puesto foco en la capacitación, y establecimos programas de formación de los recursos humanos que van desde terminar el bachillerato (en un acuerdo con Secundaria), programas de tutorías pagas por las empresas para que las personas terminen las materias que les faltaban para terminar el bachillerato, hasta apoyos en becas para hacer maestrías. En todos los niveles nosotros teníamos programas de capacitación, y también teníamos programas de capacitación que se hacían de manera interna para mandos medios. Es muy común que haya personas buenas técnicamente, y pasan a ser jefes y tener cinco personas a cargo, pero nadie les enseñó a ser jefes. Esa capacitación ahora se hace dentro de la empresa. 

Otra cosa buena de mi gestión fue ver a los cambios no como amenazas, sino verlos como oportunidades. En mi presidencia, de alguna manera, abrazó la inclusión financiera, cuando la administración anterior, con el MEF de la época, estaba totalmente en contra de la inclusión financiera, entendiendo que eso podría perjudicar a la institución. Y a mí me pareció que no, todo lo contrario. Pensé que los cambios van a existir, aunque uno se oponga a ellos, y que hay que adaptarse y ver las cosas como oportunidades.

“El Uruguay Innovation Hub será un lugar para acompañar a las startups, para que puedan acelerar sus compañías. Sería una aceleradora de empresas, para que acompañen a los emprendedores, para que sepan cómo hacer para conseguir fondos y hacerlo crecer”

Integró la delegación gubernamental y de empresarios que viajó recientemente a China. ¿Cómo le fue? ¿Qué deberes se trajo desde Asia?

Me fue muy bien. Para mí, era todo novedad, era mi primera vez en China. La experiencia fue maravillosa. Fue una visita de Estado, entonces tuvo mucha pompa, conocí al presidente Xi Jinping, fue todo increíble. Estuve en modo esponja, intentando absorber todo lo que estaba pasando. Yo me quedé dos días más, y visité algunas empresas en Shenzhen. Cosas interesantes: asuntos vinculados a la movilidad eléctrica. En China están poniendo mucho foco en los vehículos eléctricos, y entienden que con la industria automotriz nunca llegaron a despegar, porque las grandes fábricas de autos son europeas o norteamericanas. Pero en cuanto a vehículos eléctricos, ahí sí sienten que tienen un aporte importante para hacer y llevan la delantera. Visité BYD, que es una empresa que empezó como fabricante de baterías, y hoy tiene millones de vehículos vendidos en el mundo entero. 

Otro tema importante son las ciudades inteligentes. Visité Huawei, que tiene mucha tecnología para apoyar esos temas. A nosotros nos interesa el tema de las baterías: por ejemplo, las baterías de los autos. ¿Qué se va hacer después con las baterías? Hay mucho que pensar, debe haber buenas ideas en eso. Pero también grandes baterías para poder almacenar la energía que generamos. Nosotros generamos mucha energía, que si no la consumimos cuando se genera, se desaprovecha. Entonces, tener la capacidad de guardar energía que grandes bancos de baterías es algo deseable: la eólica para cuando no hay viento, la solar para cuando no hay sol. 

Huawei apuesta a la tecnología 5G, y Uruguay se ha declarado neutral. ¿Eso a China le molesta?

Para nada, todo lo contrario. Huawei ya tiene inversiones chinas en Uruguay, y ya tiene torres 5G instaladas aquí. Nosotros nos declaramos neutrales porque no cerramos ninguna puerta. No nos casamos con una sola tecnología. Queremos que en el país existan distintos proveedores. No solo un proveedor. Y a China eso no le molesta. Es más, en la reunión que tuvimos con Xi Jinping dijo claramente que a ellos no les molesta que Uruguay tenga relaciones con Estados Unidos. Huawei ya está en Uruguay, tiene un proyecto muy grande con el Ministerio del Interior de cámaras de videovigilancia en las ciudades, y puede llegar a invertir más. Tienen interés de seguir ampliando su posición.

¿Cómo ve el vínculo con una Argentina gobernada por Javier Milei? Le dijo a El País que la diferencia cambiaria es un problema, pero ahora ya no habrá incertidumbre, porque el hombre ya ganó.

Eso que dije fue polémico. Yo te hablé de mi mirada de los cambios como oportunidades. Entonces, yo dije que para mí es una oportunidad que haya un nuevo presidente en Argentina. Hubiera sido también una oportunidad nueva tener a Massa como presidente. Tener un presidente nuevo es una oportunidad, porque nos abre la posibilidad de tener un diálogo diferente. También pienso —y me rezongaron por haber dicho eso, me dijeron que no es tan así— que tuvimos un montón de vaivenes en los últimos años, y ahora que ya está claro quién será el presidente (de hecho, ya asumió), habrá un tiempo de mayor estabilidad. Yo creo que hay un espacio para mejorar las relaciones, y una oportunidad para nosotros como país. 

“Huawei ya tiene inversiones en Uruguay, y torres 5G instaladas aquí. Nos declaramos neutrales, porque no nos casamos con una sola tecnología. Y a China eso no le molesta. Xi Jinping dijo claramente que a ellos no les molesta que Uruguay tenga relaciones con Estados Unidos”

El viernes 8 estuvo en la inauguración del polo logístico del grupo RAS (kilómetro 32 de la ruta 5), donde la vedette será una playa de maniobras para trenes que se moverán por la línea Ferrocarril Central. Cuénteme por qué esta es una obra de avanzada, a los ojos del gobierno.

El ministerio apoya este tipo de emprendimientos porque configuran un eslabón en el desarrollo de un país más productivo. Por ejemplo, este proyecto lleva invertidos 119 millones de dólares, con inversiones de Argentina, España, Brasil y Uruguay y ha empleado a más de 2.500 personas. Además, impulsó la construcción de tres ramales ferroviarios para conectar el parque logístico con la vía del Ferrocarril Central, lo que es muy positivo para que esa vía no sea de uso exclusivo de una empresa. Se está construyendo una playa de contenedores, donde van a poder ser reparados y acondicionados, lo que aporta dinamismo al parque. A su vez, el parque tiene un cowork para pymes, a las que también se les dan servicios de logística. Y se construirá un edificio para la fundación Tecnolog, que ofrecerá capacitación en temáticas relacionadas a la actividad del parque y la logística.

Generar este tipo de infraestructuras desde la inversión privada es ganancia para todos. Hoy los servicios de logística y de la logística apoyada en tecnología están muy solicitados en el mundo y es un área en la que Uruguay tiene potencial para crecer.

En junio su antecesor, Omar Paganini, dijo que la estrategia de apostar al hidrógeno verde estaba dando “frutos reales”. ¿Cuáles son estos frutos al día de hoy?

Ahora tenemos tres proyectos “y medio”, que están en etapas avanzadas. Uno es un proyecto que se impulsó desde el MIEM. Es un proyecto piloto. El MIEM hizo un llamado abierto para un piloto de hidrógeno verde, se presentaron varias empresas y se terminó eligiendo un proyecto para hacer que camiones de UPM funcionen con hidrógeno verde. Se está desarrollando en la zona de Durazno, pueblo Centenario, y está en etapa de ir funcionando. Habrá una planta, se generará hidrógeno verde. Va a haber camiones eléctricos —digamos—, y la electricidad la genera estas celdas de combustible que fueron generadas. 

Después, hay un proyecto grande en Tambores (Tacuarembó) y otro en Paysandú. El proyecto sanducero es el de Hif, una empresa chileno-europea, que tiene una planta en Magallanes, sur de Chile, con generación importante de hidrógeno verde. Ellos apuntan a producir combustible sintético. Si la electricidad con la que se hace el proceso es generada de manera renovable, como es la energía en Uruguay, es hidrógeno verde. Si es generada con energía eléctrica, que viene de prender una central con hidrocarburos fósiles, es hidrógeno gris. 

Una vez que tenés la molécula del hidrógeno (verde) podés hacer diferentes cosas, entre ellas, derivados como lo son los combustibles sintéticos, que se generan para la aviación o la carga marítima. Y ese es el objetivo que se está proponiendo la empresa Hif, que está en etapa de factibilidad del proyecto. El proyecto de Tambores es algo parecido: ellos van a generar electricidad, y con la electricidad algún derivado del hidrógeno. Y también están en una etapa avanzada del proyecto.  

“El MIEM hizo un llamado para un piloto de hidrógeno verde, y se terminó eligiendo un proyecto para hacer que camiones de UPM funcionen con hidrógeno verde. Se está desarrollando en pueblo Centenario, y está en etapa de ir funcionando”

¿Por qué le interesa particularmente que se apruebe la Ley de Medios?

Nosotros entendemos que la ley actual es inconveniente, y tiene muchos problemas. Es muy difícil operar el sistema de telecomunicaciones en Uruguay con la ley que existe hoy. Pretendemos una ley diferente. Se eliminarían algunas cosas de la ley anterior, como una comisión de “notables” que validaba si los medios eran “buenos” o no, básicamente. Eso se eliminaría. Pero, además, el proyecto de ley presentado al Parlamento no solo busca adaptar el marco normativo al nuevo contexto, sino que se suprimen las definiciones que podrían provocar el anquilosamiento de su aplicación en una materia tan dinámica como es el área de la tecnología y el conocimiento. Se han contemplado los cuestionamientos hacia algunas de las disposiciones que fueron declaradas inconstitucionales en la ley 19.307 por la Suprema Corte (de Justicia), buscándose lograr un equilibrio entre el interés general y los demás derechos amparados por nuestra Constitución. A mi modo de ver, el papel del Estado en estos casos debe limitarse a garantizar la libertad de expresión y el acceso a la información, así como a proteger los demás derechos.

¿Ha participado de las negociaciones para que se quede Spotify en el país?

No directamente, pero sí a través de nuestro director de Propiedad Industrial. La Dirección Nacional de Propiedad Industrial pertenece a este ministerio, y el director es el abogado Santiago Martínez, quien es un gran especialista en el tema. Él ha trabajado mucho en la reglamentación. Nosotros apostamos a tener una reglamentación que satisfaga a Spotify para quedarse. Cuando se votó la ley, ya había habido negociaciones y había un entendimiento con Spotify, de que se iban a quedar, porque no iban a tener que pagar doble, digamos. Lo que están haciendo ahora es presionando para que en la reglamentación quede claro lo que se había hablado y negociado en su momento, cuando se votó la ley. Esta discusión ya se tuvo antes, entre setiembre y octubre, y se arregló que se votaría de una manera. Ellos quieren que la reglamentación contemple lo acordado. Si mirás los comunicados de Spotify, dicen que, según la ley, “podría ocurrir” que tuvieran que pagar doble. Ellos quieren asegurarse que la reglamentación asegure que no será así. 

¿Es feminista?

Soy feminista, de las que quiere a los hombres, como tituló Búsqueda. Soy feminista porque creo que las mujeres tenemos que tener los mismos derechos y las mismas responsabilidades que los hombres. Entiendo que la sociedad la construimos entre todos. Creo en el trabajo conjunto de los hombres y las mujeres. Somos distintos y tenemos distintos roles en la sociedad, pero todos podemos aportar. Lo que sí me interesa es que se valore lo que las mujeres podemos hacer y que se nos den oportunidades. Yo he tenido muchas, por cierto. Y que también las tomemos, porque muchas veces pasa que las mujeres tenemos oportunidades y no nos animamos. 

Durante su tiempo al frente de ANDA, también fue vicepresidenta de la Organización de Mujeres Empresarias de Uruguay (OMEU) entre 2018 y 2022, y estuvo al frente de la Comisión de Equidad de Género de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI) de 2021 a 2022. ¿Cuál cree que ha sido su aporte al feminismo? 

A mí me gusta mucho la palabra “oportunidad”. Cuando me sumé a OMEU lo hice por un programa específico (“Entre todas”) que consiste en ir al interior a ofrecer talleres para que las mujeres del interior puedan desarrollar sus emprendimientos, como emprendedoras, en los barrios del interior y en Montevideo. OMEU ya tenía un programa muy arraigado para emprendedoras, pero estaba la visión que solo cierto nivel social accedía a ese programa. Lo que hice en ese taller fue enseñar educación financiera, algo que creo que las mujeres tenemos que mirar con otros ojos. Las mujeres tienen que saber que sí pueden entender de números, y que sí pueden manejar su dinero. No es una cuestión de: “Vos no podés opinar, porque las mujeres no entienden de esto”. Y yo empujé mucho desde ese lugar: dando talleres de educación financiera en el interior del país. 

También creo, y por eso integré la comisión de género de CUTI, que quienes tuvimos la posibilidad de llegar a posiciones de liderazgo tenemos la misión de mostrar que lo podemos hacer. Es un poco lo que pasa con los sesgos en la IA: si vos entrenás a la IA diciéndole que todos los CEO de empresas son hombres, blancos, de entre 35 y 45 años, cuando le tires datos a alguien para que tome una decisión, elegirá un hombre blanco de entre 35 y 45. Romper ese estereotipo es un poco el rol que me ha tocado desde este lugar de mujeres que hacen cosas, y que asumen desafíos.  

“Si vos entrenás a la IA diciéndole que todos los CEO de empresas son hombres, blancos, de entre 35 y 45 años, cuando le tires datos a alguien para que tome una decisión, elegirá un hombre blanco de entre 35 y 45. Romper ese estereotipo es el rol que me ha tocado”

¿Cuál es su principal desafío como ministra de Industrias?

(Piensa) Mi principal desafío es poder aportar para que la industria —sumo aquí a las mipymes—, es decir, todo el ecosistema productivo del país, pueda desarrollarse y pueda generar mejores condiciones de vida para sus trabajadores y para el país en general. La industria, en un sentido amplio, genera mucha cosa buena para la sociedad, y todo lo que esté a mi alcance lo haré, para que pueda crecer. Ese es mi desafío, sabiendo que tenemos problemas como un país caro, con las fronteras como las tenemos, pero sí buscar algún lugar donde se pueda desarrollar una pequeña empresa, una industria mediana o más grande, buscando eficiencia. 

¿Y como abuela de cuatro nietos?

¡Que las niñas sean ingenieras! Tengo cuatro nietos (Isabella, Siena, Genaro y Maite), y dos más en camino. Y… que se sientan orgullosos de su abuela, que es lo mismo que pretendo de mis hijos y de mi marido (se quiebra un instante, y pretende disimularlo). Que sean libres, y que puedan ser felices.

¿Es feliz?

Soy muy feliz, gracias a Dios.