En la primera de dos declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, López Obrador agradeció a Trump que haya tratado a su país con "comprensión y respeto", a pesar de que su homólogo estadounidense describió en 2015 a los inmigrantes mexicanos como "criminales" y "violadores" y aún mantiene su retórica antiinmigrante.

 

"Usted no nos ha tratado como colonia, al contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente", afirmó el mandatario mexicano en una comparecencia sin preguntas con Trump.

 

"Por eso estoy aquí. Para expresar al pueblo de EE.UU. que su presidente se ha comportado hacia nosotros con gentileza y respeto. Nos ha tratado como lo que somos: un país y un pueblo digno, libre, democrático y soberano", añadió López Obrador.

 

Una buena relación

 

También aseguró que Trump no ha seguido la "Doctrina Monroe" de 1904, que atribuía derechos unilaterales a EE.UU. sobre América Latina, a pesar de que la Casa Blanca ha reivindicado su voluntad de desempolvar esa política y el propio presidente estadounidense la enarboló en su discurso ante la Asamblea General de la ONU en 2018.

 

"Usted nunca ha tratado de imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía. En vez de la Doctrina Monroe, usted ha seguido en nuestro caso el sabio consejo del ilustre y prudente George Washington, quien advertía de que las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos", afirmó López Obrador.

 

Trump correspondió a López Obrador con halagos, al describirle como su "amigo" y definir a los mexicanos que viven en Estados Unidos como "gente fantástica" y "muy trabajadora".

 

"Hemos tenido una gran relación desde el principio, y quizá fue contra todos los pronósticos. Mucha gente apostó en contra de eso. Pero han aprendido a no apostar en contra de nosotros. Creo que eso en México lo han aprendido", aseveró Trump durante su segunda comparecencia conjunta, antes de una cena en la Casa Blanca.

 

López Obrador se mostró inmediatamente de acuerdo: "Fallaron los pronósticos: no nos peleamos, somos amigos y vamos a seguir siendo amigos".

 

Sin acuerdos

 

La reunión se cerró sin que se hiciera público ningún nuevo acuerdo entre ambos Gobiernos, más allá de la firma de un comunicado conjunto que celebraba la entrada en vigor el pasado día 1 del T-MEC, renegociado entre EE.UU., México y Canadá para sustituir el antiguo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

 

La celebración quedó marcada por la notable ausencia de representantes de Canadá, cuyo primer ministro, Justin Trudeau, decidió no viajar a Washington aparentemente debido a los planes de EE.UU. de imponer nuevos aranceles a las importaciones de aluminio canadiense.

 

Pero Trump y López Obrador no necesitaron ayuda para ensalzar el pacto comercial, y en su declaración conjunta aseguraron que ese pacto "será crucial para la recuperación" de la crisis económica que ha azotado a los dos países a raíz de la pandemia del coronavirus.

 

"Con este acuerdo, con respeto a nuestras soberanías, en vez de distanciarnos estamos optando por marchar juntos hacia el porvenir", recalcó el líder mexicano.

 

Sin hablar de inmigración

 

El jefe de la Oficina de la Presidencia de México, Alfonso Romo, aseguró a la prensa tras el encuentro que el único tema que se trató fue "el tratado comercial" y la cooperación frente a la pandemia, y negó varias veces con la cabeza cuando Efe le preguntó si se habló de inmigración, la frontera o la situación de los "soñadores".

 

La portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, confirmó en una rueda de prensa que el tema de inmigración solo "salió a relucir muy brevemente", en el sentido de "subrayar la gran cooperación entre Estados Unidos y México" en materia migratoria.

 

Preguntada por si Trump y López Obrador hablaron sobre la promesa electoral del primero de que México pagaría por la construcción del muro en la frontera común, la portavoz respondió: "Ese tema no se tocó mientras yo estuve en la sala".

 

López Obrador prefirió aparentemente aparcar el tema migratorio a pesar de que se espera que Trump rescinda de nuevo esta semana el programa conocido como DACA, que protege de la deportación a unos 650.000 indocumentados que llegaron a EE.UU. de niños, llamados "soñadores", y de los que casi el 80 % son mexicanos.

 

El tono de celebración y amistad se reflejó en los regalos que se intercambiaron -un bate personalizado y firmado por Trump de la marca Louisville Slugger para López Obrador, otro fabricado por indígenas del sur de México para el presidente estadounidense- y en la cena que compartieron junto a una veintena de empresarios de ambos países, incluido el multimillonario Carlos Slim.

Con información de EFE