Anthony Ticiano Tejera Núñez, de 21 años, marchó a prisión por perpetrar dos delitos consecutivos, el primero de ellos con curiosas características.

El pasado 10 de mayo, Tejera arribó al Hospital de San Carlos con una herida de bala en una pierna. El personal del sanatorio lo ingresó y lo colocó en una silla de ruedas para que pudiera desplazarse. Poco más tarde, el herido se había esfumado del lugar, sin esperar la autorización para el alta médica, y se había llevado consigo la silla en cuestión.

Horas después, la policía acudió a un local de la calle Ceberio de la localidad carolina, donde se había denunciado un hurto. El análisis de las cámaras de seguridad permitió a los agentes comprobar que el autor del ilícito era el joven que se había escapado del hospital. Al parecer, el baleado había experimentado una sorprendente recuperación, ya que las imágenes lo mostraban caminando sin ayuda de ortopedia alguna.

Asimismo, el visionado de las mismas cámaras permitió reconstruir los pasos del delincuente y localizar la casa a la que había concurrido luego de irse del hospital. En el patio de dicha finca se encontró la silla de ruedas, que fue devuelta al hospital.

Conducido ante la Justica, Tejera fue condenado por un delito de apropiación indebida en régimen de reiteración real con un delito de hurto, y se le impuso una pena de cuatro meses de prisión en régimen de cumplimiento efectivo.

Según informa la Jefatura de Policía de Maldonado, el reo poseía antecedentes penales por “un delito de acometimiento con arma apropiada en reiteración real con un delito de tenencia no autorizada de arma de fuego” y otro de “porte de arma en lugares públicos”, ambos cometidos el año pasado.