El papa León XIV, elegido esta tarde como sucesor de Pedro, pronunció su primer mensaje público desde el Vaticano con un llamado a la paz, el diálogo y una iglesia “sin miedo”, que busque estar cerca de todos, especialmente de quienes sufren.
“Esta es la paz de Cristo resucitado: una paz desarmada y perseverante que proviene de Dios, que nos ama a todos incondicionalmente”, comenzó su discurso ante miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
León XIV recordó la figura de su predecesor, Francisco, y dijo que todavía resuena su “voz débil, pero siempre corajosa” que “bendecía a Roma y al mundo”. “Permítanme dar continuidad a esa misma bendición”, expresó.
El pontífice instó a los católicos a no tener miedo y a avanzar unidos como discípulos de Cristo. “El mundo necesita de su luz. La humanidad necesita de él como puente de Dios por su amor”, señaló.
León agradeció a los cardenales que lo eligieron y reafirmó su compromiso de caminar junto a ellos y toda la iglesia “buscando siempre la paz y la justicia”, “proclamando el evangelio” y “actuando como misioneros”.
Dirigiéndose a la iglesia de Roma, el excardenal planteó el desafío de ser una comunidad misionera que construya “puentes de diálogo” y se mantenga abierta a todos. También dedicó un saludo especial al pueblo de Perú, donde ejerció parte de su ministerio antes de ser electo.
León XIV afirmó que desea una iglesia sinodal, que camine unida, busque la paz, la caridad y “esté siempre cerca de quienes más sufren”.
En su mensaje, también recordó que su primer día como papa coincidió con la festividad de la Virgen de Pompeya. “Nuestra madre María quiere caminar siempre con nosotros, estar cerca y ayudarnos con su intercesión y su amor”, finalizó, antes de invitar a los fieles a rezar por su nueva misión y por la paz mundial.