Contenido creado por Paula Barquet
Política

En el banquillo

Lafluf bajo la lupa: Fiscalía indagará los vínculos del mano derecha de Lacalle

La exvicecanciller Ache acusó al asesor de actitudes delictivas, pero no presentó pruebas al respecto; él podría denunciarla por difamación.

02.11.2023 18:10

Lectura: 7'

2023-11-02T18:10:00-03:00
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Por Joaquín Symons y Paula Barquet

Cuando Luis Lacalle Pou perdió la elección en 2014, el comando de campaña se desarmó, como es natural. A excepción de dos integrantes de aquella mesa chica: Nicolás Martínez, su secretario personal, y el publicista Roberto Lafluf.

El creador de “La positiva” y director de la agencia publicitaria Avisa llevaba años trabajando con Lacalle Pou —durante 2012, 2013 y 2014, reuniéndose religiosamente cada lunes entre las 9 y las 11 de la mañana—; además, había colaborado en una de las campañas del padre del candidato, Luis Alberto Lacalle Herrera.

Por ese vínculo forjado, Lacalle Pou mantuvo su cercanía y contacto asiduo con Lafluf durante sus años como senador, en 2015, 2016 y 2017. Ya en 2018, en la antesala de una nueva campaña, se volvió a conformar el comando electoral y, como era esperable, el publicista retomó su rol. Hacia 2019 salió a competir con el concepto de “Un gobierno para evolucionar”.

Decía Lafluf en aquel momento que trabajar con Lacalle le daba tranquilidad, porque lo que hacía tenía “sustento en la realidad”; sentía que no estaba “inventando nada” en la figura del presidenciable. La relación entre ellos crecía y se afianzaba.

En 2019, tras el triunfo en segunda vuelta, el comando se volvía a despedir de algunas figuras coyunturales, pero no de Lafluf. Lacalle tenía claro que quería seguir contando con el consejo de quien se había convertido en uno de sus colaboradores más fieles.

Ya comenzado 2020 se le asignó a Lafluf la tarea de asesorar al presidente en comunicación estratégica e imagen. Desde entonces, el publicista monitoreó de cerca los pasos de Lacalle y fue ampliando su zona de influencia hasta llegar a aconsejar a los miembros del gabinete, e incluso a la bancada de legisladores blancos en alguna oportunidad. Trabajó en los mensajes que el Ejecutivo dio en algunas crisis, como la pandemia o la sequía, y se ocupó directamente de orientar a varios actores de gobierno en sus salidas públicas.

Además, estaba —al menos hasta ahora— cerca del secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, quien competirá en las internas nacionalistas apadrinado por Lacalle.

El poder de Lafluf, y la confianza de Lacalle en él, lo llevaron a participar directamente del manejo público de temas más intrincados, como el caso Astesiano y el caso Marset. Justamente, por este último, se encuentra por estas horas bajo la lupa, luego de que la exvicecanciller Carolina Ache declarara en Fiscalía que él, junto con otras figuras de jerarquía en el gobierno, habían hecho gestiones para ocultar los pormenores del procedimiento de entrega del pasaporte a Sebastián Marset en 2021.

Ache declaró ante Fiscalía que Lafluf intentó que ella eliminara evidencia sobre su intercambio a través de WhatsApp con el subsecretario del Interior, Guillermo Maciel, por la situación del narcotraficante. La exjerarca afirmó que, tras hablar con su abogado, le dijo al asesor presidencial que lo que le estaba pidiendo que hiciera era “cometer un delito”, y que de “ninguna manera estaba dispuesta” a hacerlo.

Lafluf, que se llamó a estricto silencio tras la divulgación del material presentado por Ache, viajó en la mañana del jueves a Brasil para ver, junto con el presidente de la Conmebol —para quien trabaja—, la final de la Copa Libertadores.

Mientras tanto, las suspicacias en torno a su accionar crecen y la Fiscalía empieza a indagar posibles vínculos que, más allá de lo político, expliquen su presunto interés en mantener ocultas ciertas conversaciones sobre Marset. Concretamente, el fiscal especializado en Delitos Económicos Alejandro Machado sugirió al fiscal de Corte, Juan Gómez, la apertura de una investigación aparte ante hechos con apariencia delictiva, por la presunta destrucción de un documento público por parte de Lafluf.

Pero ¿qué tan comprometido está el asesor presidencial?

Carolina Ache llegando a declarar junto con su abogado, Jorge Díaz. Foto: Federico Gutiérrez / FocoUy

Carolina Ache llegando a declarar junto con su abogado, Jorge Díaz. Foto: Federico Gutiérrez / FocoUy

Funcionario con responsabilidades

Lafluf tiene un contrato de función pública bajo régimen de derecho privado, de acuerdo con información oficial a la que accedió Montevideo Portal. Figura en el portal Gestión Humana del Estado —un sitio del Estado con acceso restringido— como adscripto a la seguridad presidencial, dependiente de Presidencia de la República y contratado por designación directa.

Un experto en derecho administrativo explicó a Montevideo Portal que ese tipo de vínculo laboral es de funcionario público porque ejerce “la función pública”, más allá de que se haya firmado un pacto laboral durante los años de gestión. Dicha categoría incide en eventuales responsabilidades penales, consideraron otros especialistas consultados.

Las fuentes analizaron que en caso de comprobarse que Lafluf destruyó documentos públicos, se configuraría delito. Lo mismo si se verificara que ordenó algún acto ilícito, como sería eliminar comunicaciones entre funcionarios jerárquicos —Ache y Maciel—.

Es más, si se llegara al extremo de poder demostrar que el asesor estableció una estrategia con engaños y artificios para conseguir un provecho injusto en un proceso judicial —la investigación que lleva a cabo Machado acerca del procedimiento de entrega del pasaporte a Marset—, podría hablarse de un intento de “estafa procesal”, que no es delito pero podría incidir en resoluciones judiciales, como sucedió en las medidas cautelares del caso Penadés.

Sin embargo, según pudo saber Montevideo Portal, Ache no presentó ante Fiscalía ninguna prueba de la supuesta confesión de Lafluf respecto a la destrucción del documento público. Esto, según entienden algunos allegados a la causa, podría dejar en nada la acusación al asesor presidencial e incluso darle pie para denunciar a la exvicecanciller por difamación e injurias.

Sería “la palabra de uno contra la de otro”, resumieron las fuentes.

El vínculo con Conmebol

El fiscal Machado decidió este miércoles elevar el material de las declaraciones de Ache al fiscal de Corte para que se abra una nueva línea de investigación.

El departamento de Depuración, Priorización y Asignación (DPA) del Ministerio Público deberá asignar este viernes una dependencia que se encargue de investigar el material presentado por la exjerarca y su abogado, Jorge Díaz.

Fuentes del caso aclararon a Montevideo Portal que indagarán todos los vínculos que tiene Lafluf para saber si hay algún tipo de relación con el narcotráfico, y más precisamente con Marset.

En este marco de vínculos que posee el funcionario presidencial también se encuentra la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), dado que Lafluf trabaja como asesor para Alejandro Domínguez, presidente de esa organización.

El vínculo entre Domínguez y el asesor presidencial comenzó gracias al presidente Lacalle, dado que el directivo de la Conmebol estaba necesitando un consultor y el mandatario uruguayo le sugirió a Lafluf.

Una fuente de Conmebol contó a Montevideo Portal que el vínculo entre Domínguez y Lafluf es “extremadamente bueno”. El directivo de la organización en algunos casos visitó Uruguay para reunirse con el funcionario de Presidencia, y en esos encuentros se discutían temas relacionados con la estrategia de comunicación de aspectos como el Mundial 2030 o las finales de las copas Sudamericana y Libertadores.

El informante explicó que la buena relación entre Lafluf y Domínguez se forjó a las pocas semanas de que comenzara a ejercer funciones de asesor. Si bien no llega a ser su “mano derecha”, sí aparece como una persona de consulta del presidente de Conmebol.

En tanto, fuentes de la investigación contaron que si lo denunciado por Ache es cierto, el factor clave es conocer el motivo que llevó al asesor presidencial a destruir un documento y querer que se oculten las pruebas.

El informante explicó que, en estas situaciones, en caso de que haya sido un plan orquestado como fue denunciado, no suele actuar una persona sola, sino que es una organización. “El punto es saber el porqué, quién sabía y quién no, y los intereses de esos involucrados”, resumió.

En Fiscalía nunca imaginaron que la causa del pasaporte a Marset terminaría en una investigación aparte por delitos presuntamente cometidos por integrantes del Poder Ejecutivo. La única certeza de los investigadores es que los delitos denunciados por Ache son muy graves y que podría haber algo “demasiado grande” detrás, que va más allá del documento que dio el gobierno, aunque sigue estando intrínsecamente vinculado a la persona Marset.