Israel confirmó este viernes la muerte de Amir Ali Hajizadeh, comandante de la Fuerza Aérea de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, en un ataque aéreo contra un centro de mando subterráneo. La operación, descrita por analistas como uno de los golpes militares más letales en suelo iraní en las últimas décadas, también eliminó al jefe del Estado Mayor iraní, Mohamad Hosein Baqerí, al comandante en jefe de la Guardia, Hossein Salami, y a otros altos oficiales, incluidos seis científicos nucleares.
Según el comunicado del Ejército israelí, la inteligencia detectó la reunión de la cúpula militar iraní “para preparar un ataque contra el Estado de Israel”. El bombardeo, dirigido a un centro de comando subterráneo, fue ejecutado durante la madrugada del viernes y destruyó la estructura con alta precisión.
La Guardia Revolucionaria confirmó la muerte de Hajizadeh, una figura clave en el programa de misiles y drones de Irán, responsable directo de los ataques contra Israel en octubre de 2024 —tras el asesinato del líder de Hizbulá, Hasán Nasrala— y en abril de 2024, luego del bombardeo israelí contra la embajada iraní en Damasco.
Además, la planta nuclear de Natanz, eje del programa de enriquecimiento de uranio iraní, fue también bombardeada, lo que fue confirmado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Según reportes locales, hubo también ataques aéreos en Tabriz, en el noroeste del país, donde se ubica la base militar de Fakouri.
Reacciones y consecuencias
El gobierno iraní calificó el ataque como un “acto de guerra” y prometió represalias. La muerte de figuras de alto nivel como Hajizadeh y Salami representa un vacío en la estructura de mando militar de Irán y eleva el riesgo de un conflicto abierto con Israel. Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, reafirmó que “Israel actuará con toda su capacidad para protegerse”.