Israel bombardeó el jueves infraestructuras del movimiento palestino Hamás en la Franja de Gaza, en el último episodio de una escalada de violencia creciente a pesar de los múltiples llamados a la moderación y la calma.

La intervención de la policía israelí el miércoles de madrugada en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén, lugar sagrado para el islam, sacudió el avispero del conflicto palestino-israelí coincidiendo con las fiestas del Ramadán musulmán y la Pascua judía.

El jueves, el Ejército israelí informó del lanzamiento de 34 cohetes desde Líbano, en la mayor escalada desde 2006 en la frontera entre estos dos países que técnicamente siguen en guerra tras varios conflictos.

"Golpearemos a nuestros enemigos y les haremos pagar el precio de cada agresión", aseguró tras este ataque el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Poco después, periodistas de la AFP escucharon explosiones en la Franja de Gaza, un territorio controlado por Hamás y sometido a un estricto bloqueo israelí desde 2007.

El Ejército israelí declaró en un comunicado que habían bombardeado dos túneles y "dos lugares de producción de armamento" pertenecientes a este grupo "en respuesta a las vulneraciones de seguridad de Hamás durante los últimos días".

En otro comunicado, Hamás advirtió que Israel era "responsable de esta agresión y sus consecuencias" y pidió a todos los grupos palestinos unirse contra "la ocupación".

El mando militar israelí explicó que los defensas antiaéreas habían interceptado 25 de los cohetes lanzados desde Líbano y que al menos cinco cayeron en su territorio. 

Su portavoz, el teniente coronel Richard Hecht, atribuyó la acción a grupos palestinos.

"Sabemos seguro que es fuego palestino", dijo a la prensa. "Podría ser Hamás, podría ser la Yihad Islámica. Todavía estamos tratando de llegar a una conclusión final", indicó.

"Asumimos que Hezbolá sabía de esto y Líbano también tiene alguna responsabilidad. Estamos también investigando si Irán está implicado", añadió.

Líbano niega la escalada 

El primer ministro libanés, Najib Mikati, condenó el ataque y negó "cualquier escalada desde su territorio".

El último lanzamiento de cohetes de Líbano hacia Israel se remontaba a abril de 2022, pero el incidente del jueves representa la mayor escalada desde la guerra de 2006 contra el poderoso Hezbolá, movimiento libanés pro-iraní.

La Fuerza Interina de Naciones Unidas (FINUL), que custodia la frontera entre ambos países para garantizar el alto el fuego, advirtió que la situación es "extremadamente seria" y llamó a "la contención para evitar una escalada mayor".

Los servicios de emergencia informaron de un hombre levemente herido por la metralla y una mujer lesionada cuando corría hacia un refugio en el ataque.

"Escuché la sirena, escuché el 'bum'. Estaba en casa, fue muy aterrador", dijo a la AFP Shlomi Naaman, un vecino de 46 años en la localidad de Shlomi, al norte de Israel.

La Agencia Nacional de Información de Líbano señaló que la artillería israelí lanzó "varios proyectiles desde sus posiciones en la frontera" contra dos pueblos del sur de Líbano. 

Si bien la agencia no dio parte de víctimas, precisó que los bombardeos se produjeron en respuesta al lanzamiento de "varios cohetes de tipo Katyusha" contra Israel.

Un portavoz del Ejército israelí negó estas acciones.

Hamás pide "unir filas"

Estos episodios se producen después del violento desalojo de fieles palestinos en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén, que dejó 350 detenidos según la policía y 37 heridos según la Media Luna Roja.

El templo se sitúa en la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del islam y ubicado a su vez en Jerusalén Este, el sector palestino de la ciudad ocupado y anexado por Israel desde 1967.

El complejo está erigido encima del Monte del Templo, considerado el lugar más sagrado para el judaísmo.

Israel recibió numerosas condenas internacionales, incluida de la ONU, cuyo secretario general António Guterres pidió nuevamente a "todos los actores" la "máxima moderación".

Estados Unidos condenó este jueves el lanzamiento de los cohetes y dijo que Israel tenía el "legítimo derecho" a defenderse, según el portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel.

El movimiento armado libanés Hezbolá, respaldado por Irán, había dicho el jueves que iba a respaldar "todas las medidas" que los grupos tomaran contra Israel.

Enemigo jurado de Israel, Hezbolá tiene buenas relaciones con Hamás y con la Yihad Islámica.

El líder de Hamás, Ismail Haniya, que llegó en la víspera a Líbano para una visita, dijo que los palestinos "no se quedarán de brazos cruzados" ante las "agresiones" israelíes.

También llamó a "todas las organizaciones palestinas a unir filas e intensificar su resistencia contra la ocupación" israelí.

AFP