La muerte del empresario Isak Andic, fundador de la multinacional española de moda Mango, pasó de ser considerada un trágico accidente a ser objeto de una investigación por presunto homicidio. La jueza a cargo del caso ha modificado la condición legal de su hijo mayor, Jonathan Andic —quien lo acompañaba durante el suceso—, de testigo a investigado, lo que marca un giro clave en las pesquisas.

El fallecimiento ocurrió el 14 de diciembre de 2024 durante una excursión a las cuevas de salitre de Collbató (Barcelona), donde, según el relato inicial, Andic habría resbalado y caído desde una altura de aproximadamente 150 metros. La investigación fue archivada provisionalmente en enero de este año, pero se reabrió en marzo tras detectarse “incongruencias” en las declaraciones del hijo, según reveló el diario El País.

Un proceso bajo secreto de sumario

Aunque el caso se encuentra bajo secreto de sumario, diversas fuentes citadas por El País indican que nuevos testimonios, entre ellos el de Estefanía Knuth —pareja sentimental del empresario—, fueron clave para reabrir el expediente. Knuth habría aludido a tensiones familiares que podrían haber influido en el trágico desenlace.

En un comunicado oficial, la familia Andic evitó valorar el proceso judicial, aunque se declaró confiada en que “se demostrará la inocencia de Jonathan” y expresó su disposición a seguir colaborando con la Justicia.

El legado de un empresario emblemático

Isak Andic Ermay nació en Estambul en 1953 y emigró a Cataluña en su adolescencia. Fundó Mango en los años ochenta y logró convertirla en una de las marcas de moda más reconocidas de Europa. En 2023, Forbes lo situaba entre las cinco mayores fortunas de España, con un patrimonio de 4.500 millones de euros.

Actualmente, Mango está presidida por Toni Ruiz y cerró el primer semestre de 2025 con una facturación de 1.728 millones de euros, el 78% de ellos procedentes de mercados internacionales. La firma mantiene presencia destacada en España, Francia, Turquía, Alemania y Estados Unidos.