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En esta esquina, con un peso de...

Hernández versus Petro: un balotaje que se convirtió en una lucha de discursos antisistema

La segunda vuelta en Colombia enfrenta a dos políticos que, desde esquinas opuestas, buscan dar un viraje rotundo a la conducción del país.

19.06.2022 16:17

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2022-06-19T16:17:00-03:00
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Por Federico Pereira

Uno viene de la militancia estudiantil, de participar en la guerrilla urbana más importante de su país, de ser concejal, diputado, alcalde capitalino, senador y tres veces candidato a presidente. El otro, del mundo empresarial, de la industria de la construcción y de haber gobernado una ciudad luego de hacer campaña contra la corrupción.

El primero logró unir bajo una misma coalición a la izquierda de un país históricamente dominado por la derecha tradicional y el centro. Su oponente, dio una sorpresa al quitarle el cantado segundo puesto al candidato del continuismo y acceder así al balotaje.

Gustavo Petro y Rodolfo Hernández se enfrentarán este domingo 19 de junio en una contienda electoral que definirá, no solo quien ocupará su puesto como presidente de la República de Colombia, sino el cambio de rumbo que tome el país, luego de años de ir por caminos similares.

Previo al desarrollo de este balotaje, Montevideo Portal habló con tres analistas locales para ahondar en el panorama que vive actualmente el país y los posibles futuros que podrían desarrollarse de ganar cada uno de los candidatos.

Foto: EFE/ Ernesto Guzmán Jr.

Foto: EFE/ Ernesto Guzmán Jr.

La batalla previa

“En este momento está todo muy parejo. Si analizas las últimas encuestas, están a un punto uno del otro, así que es muy duro saber cuál de los dos va a ganar”, advierte de primera mano Ana María Saavedra, periodista y editora de Colombiacheck, medio especializado en el factchecking y el combate a la desinformación.

Precisamente, la experta asegura que nunca antes como ahora una campaña tan marcada por las redes sociales y por su uso como armas de diseminación masiva de desinformación. “Hay tanto ruido que por momentos yo, que estoy metida buscando todo el día información, no se hacia dónde mirar”, comentó.

Saavedra señala que hay un “ecosistema digital compartiendo desinformación desde todos los lados”, aunque reconoce que “hubo un foco de desinformación gigante” que apuntó contra Gustavo Petro y Francia Márquez, candidata a la vicepresidencia por el Pacto Histórico. “Es la primera vez que una fórmula presidencial es objeto de tantos ataques y desinformaciones”, agrega.

Laura Gil, politóloga e internacionalista uruguaya radicada en Colombia desde hace 30 años y directora del portal La Línea del Medio, concuerda con esta visión y a su vez le suma que, a su entender, “el candidato de la izquierda tiene la cancha flechada”.

Ella comenta que a pesar de que las encuestas muestran un empate, Petro acumula mayor oposición dentro del sistema de gobierno, incluso desde la figura del propio presidente Iván Duque.

“En Colombia existe una norma que es algo difícil de creer pero es norma y generalmente ha sido, por lo menos en la superficie, bien respetada. Los funcionarios públicos no pueden intervenir en política, un poco para prevenir el mal uso de recursos públicos para las campañas partidistas desde el Ejecutivo, tanto nacional como el local. Todos, del presidente para abajo, tienen prohibido participar en política. Muchos lo hacen, pero no abiertamente. Pero aquí el presidente públicamente intervino en favor del candidato del uribismo, Federico Gutiérrez y mostrando su oposición a Petro”, asevera Gil.

“El presidente sigue hablando. Se fue a la Cumbre de las Américas a hablar mal de Petro”, asegura la politóloga, que suma al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas dentro de la lista de personas que habló públicamente en contra del líder del Pacto Histórico.

Para María Alejandra Arboleda, politóloga y catedrática de la Universidad ICESI, la campaña de Gustavo Petro se ha visto afectada esta última semana por los llamados “Petrovideos”, una fuga de información expuesta por la revista Semana que consistía en reuniones por zoom del equipo del Pacto Histórico en las que se definían estrategias y se trataban aspectos económicos de la campaña.

“Por ejemplo, un video que saló mostrando cómo iban a atacar a Federico Gutiérrez (candidato de la coalición Equipo por Colombia). Hay otros donde hablan de temas de financiación de la campaña, que resultan también delicados. Según Semana, a ellos les llegaron editados y la fuente, dicen, es un militante de la campaña de Petro que al ver lo que estaba haciendo, él sintió 'asco' y decidió retirarse de la campaña y enviar este material para que fuera público”, cuenta.

La académica remarca que, para entender a las figuras que compiten por ocupar un lugar en la Casa de Nariño, hay que analizar primero el momento que vive el país y del que ellos son “producto”.

“En Colombia hay una desaprobación altísima hacia el presidente actual. Creo que según Invamer (encuestadora local) está por arriba del 74%. Entonces, con ese sentimiento de querer un cambio, estos dos candidatos representan algo distinto a Duque. Representan un cambio”, sostiene.

Arboleda, sin embargo, dice que no hay tantas diferencias en los modelos planteados por ambos candidatos. “Cuando vemos las propuestas programáticas de los dos, ambas son progresistas. Los dos están a favor del aborto, a favor de la legalización de la marihuana, de detener el fracking, por ejemplo. Tienen propuestas muy similares pero su historia de vida es distinta”, expresa.

Fotos: EFE/ Luis Eduardo Noriega A.

Fotos: EFE/ Luis Eduardo Noriega A.

¿Quién es quién?

Saavedra opina que ambos candidatos tienen otra cosa en común: los dos pueden ser categorizados como “populistas o con cierto nivel de populismo”. Señala que si bien ambos han jugado la carta de “anti-establishment”, desde que Hernández alcanzó el segundo puesto, Petro ha tenido que cambiar su estrategia, mesurando su talante antisistema. “Su discurso era 'Fico (apodo de Federico Gutiérrez) es el de (Álvaro) Uribe' y se le coló Rodolfo que sí, aparentemente tiene una posibilidad de ganarle a Petro”, dice.

La periodista indica que, entre los perfiles de ambos candidatos, Petro “es quien representa el establecimiento un poco más” que Hernández. “Lleva mucho tiempo en una carrera política, pero también hay unas declaraciones de Rodolfo mucho más fuertes, como algunos audios que han salido en los que dice 'me limpio el culo con la Ley'. Aunque Petro es autoritario, Rodolfo parece ser más”, sostiene.

Gil recuerda la misma declaración de Hernández y la toma de ejemplo para afirmar que “nunca se vio en Colombia un candidato como este” que manifieste opiniones como que “las mujeres deben estar en la cocina o que las venezolanas solo sirven para parir hijos”.

Saavedra remarca que otra diferencia fundamental entre los políticos es que a diferencia de Petro, que ha “hecho parte del establecimiento como opositor y senador”, Hernández “no sabe cómo funciona el Estado y el Gobierno”.

Sobre Petro, Gil señala que al haber sido legislador durante más de 20 años, es alguien que hace dos décadas viene preparándose, “pensando qué hacer y que propuestas hacer”.

“Es un tipo que si tú le preguntas cualquier cosa sobre Colombia, te saca cifras. Él tiene una opinión sobre todo, que también lo mete en líos. Por el otro lado, tienes un tipo que no tiene una opinión sobre nada. Es como el agua y el aceite”, señala.

Arboleda por su parte remarca que Hernández sale con “altos estándares de favorabilidad” de su pasaje como alcalde de la ciudad de Bucaramanga, a la que accedió con “una bandera de la lucha contra la corrupción que la sigue usando ahora en esta campaña” —el movimiento que lidera el propio Hernández se llama la Liga de Gobernantes Anticorrupción—. Adicionalmente, la politóloga señala que en su carrera como ingeniero y hombre de negocios “ha tenido mucho éxito”.

Por el otro lado, indica que Petro tiene un peso político que es que no salió “con la mejor aprobación” de sus años como alcalde de Bogotá, aunque sí ha tenido buen respaldo en su carrera política, principalmente desde los sectores progresistas.

Gil comparte la importancia de sus años al frente del gobierno capitalino en su figura política y señala que aún al día de hoy, la gente todavía tiene el recuerdo de que su administración “fue un poco caótica”.

“Él llegó con ideas de cambio, que se le enredaban en la práctica y en la implementación. Aquí es muy conocido el escándalo de las basuras. Llega como alcalde y dice 'las basuras están muy caras; son unos privados que se están beneficiando de este negocio, que tienen las tarifas monopolizadas'. Él lo cambia, logra que las tarifas bajen, pero en el medio mientras él trataba de hacer eso, estuvimos semanas y semanas sumergidos en basura”, recuerda.

“Es un hombre que uno pensaría que su gobierno va a ser un poco desordenado, porque una de las críticas más grandes que se le hace a Petro es que no es buen gerente. Que sabe pensar el país, pero que no es capaz de gerenciarlo”, sostiene la politóloga colombouruguaya.

La experta también señala otro factor de peso en la campaña de Petro, su percepción en distintas zonas del país. “Es un hombre que siempre ha estado en las entrañas de la izquierda. Es percibido con mucho miedo porque el mundo se ve muy diferente desde el sur que aquí (en Bogotá), cuando tienen lo de Venezuela al lado. Entonces el miedo a Chávez y el discurso de que Colombia se pueda convertir en una Venezuela da muchos réditos”, apunta.

“Por el otros lado está un tipo de un populismo de derecha, una especie de (Donald) Trump que habla español. Lo que realmente se explica es que haya estas dos propuestas de cambio en la segunda vuelta, una de derecha y una de izquierda. Esto muestra un agotamiento, el derrumbe del uribismo. Hoy en día pareciera que la fuerza más importante del país es el antiuribismo”, asevera Gil

Fotos: EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

Fotos: EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

Gane quien gane, el camino por delante es sinuoso

Arboleda opina que, al observarse los resultados de la primera vuelta y teniendo en cuenta “cuál de los dos candidatos tenía más posibilidades de crecer durante estas tres semanas”, Rodolfo Hernández es quien tiene más posibilidades de ganar, aunque no descarta la importancia del llamado “voto finish” en un país donde por ley no se pueden publicar encuestas durante la última semana antes de los comicios.

Gil por su parte, vuelve a apuntar que Petro tiene “la cancha flechada” y para ilustrar con un ejemplo recuerda que en las elecciones legislativas del 13 de marzo de 2022, “se perdieron un millón de votos del Pacto Histórico”, la coalición que impulsa al candidato izquierdista.

“La Registraduría en Colombia (órgano encargado de la logística electoral), tenía dificultades, pero no padecía de falta de credibilidad. Este año el órgano llega a unas elecciones muy reñidas, en el más absoluto desprestigio. Se olvidaron de contarle un millón de votos, por las razones que sea, el diseño del formulario, errores de los jurados, lo que quieras. Los mecanismos institucionales funcionaron, es decir, los testigos electorales del Pacto se dieron cuenta de que se les habían perdido una cantidad de votos e hicieron los reclamos; pero hubo un escenario de muchísimas dudas antes de las elecciones”, indica.

“La autoridad de la Registraduría (Alexander Vega), es una figura sumamente politizada, que había tomado unas decisiones de cambio de las prácticas normales de las elecciones que habían sido sumamente cuestionadas. Entonces yo creo que si Petro logra ganar es una hazaña, porque la élite económica y política de este país básicamente tiene el mantra de 'cualquiera menos Petro'”, recalca.

Saavedra recuerda un punto importante a tener en cuenta en el caso de que Hernández gane: el 21 de julio empieza un juicio penal contra él. “Uno piensa: ¿qué va a pasar con este juicio? Porque igual pues va a ser un presidente que se tenga que defender. ¿El juez manda eso para el Congreso o como si ya está en juicio, lo manda directamente a la Corte?”, se pregunta.

Gil comparte el peso de la imputación penal por un “acto de corrupción” cuando era alcalde de Bucaramanga. “Es tierra desconocida. Colombia sabe de presidentes a los cuales los imputan después de la presidencia, no antes. Como esto todavía nunca pasó, puede incluso ser suspendido apenas antes de ser posicionado”, sostiene.

Las tres analistas coinciden que, gane quien gane, el próximo presidente tendrá el gran desafío de generar consensos en el Congreso y en la opinión pública.

Tanto Saavedra como Arboleda señalan que Petro sacó solo una veintena de congresistas, por lo que no tiene mayoría absoluta que le facilite su actuación al frente del Ejecutivo. La periodista indica a su vez que Hernández “no tiene congresistas” y que aunque partidos como el Centro Democrático (partido de Iván Duque) y Cambio Radical “han intentado acercarse con él”, el político les ha dicho “pueden votar por mí, pero no les voy a prometer nada”.

Gil, que remarca que Petro ha hecho algo comparable a la Concertación Democrática en Chile o al Frente Amplio en Uruguay, al lograr unir las fuerzas de izquierda en una sola candidatura, expresa por otra parte dudas sobre los posibles problemas de gobernabilidad que surjan de su misma coalición.

“Va a tener un problema muy similar al que se ve que tiene (Gabriel) Boric en Chile hoy, que es que cuando se trata de acercar al centro, las bases se le revelan y cuando trata de acercarse a las bases, el centro exige más”, manifiesta.

“A ese problema se le suma un agravante. La izquierda en Chile ya gobernó, aquí la izquierda nunca ha llegado al poder”, recuerda Gil, que agrega que lo más parecido a la izquierda que tuvo el país fue en los años 60 el gobierno de Alfonso López Michelsen, “un tipo que realmente intentó hacer una reforma agraria y una cantidad de medidas asociadas a la izquierda política, pero que era un tipo que venía de adentro del Partido Liberal, un político tradicional”.

Gane quien gane este domingo, Colombia dará un viraje acentuado para cambiar el rumbo de los últimos años, con la marca aún latente de las masivas movilizaciones sociales que revolucionaron el país y el peso de la realidad económica. Gane quien gane, deberá calibrar muy bien sus intenciones y posibilidades políticas en un país polarizado y dividido, donde el 68,51 % de los colombianos tuvo claro algo en la primera vuelta: quieren un cambio.

Por Federico Pereira