En la pasada madrugada fue traslado de Rivera a Montevideo el paciente de COVID-19 que fuera imputado por un hecho delictivo en la ciudad norteña.

La primera irregularidad cometida por el hombre, de 73 años, fue viajar de Montevideo a Rivera cuando ya presentaba síntomas de la patología, aunque todavía no se le había comunicado el diagnóstico.

Internado en el hospital riverense, el hombre se habría propasado el domingo con una mujer encargada de limpiar el lugar, a la que habría abrazado contra su voluntad, tosiéndole en la cara.

El martes, el sujeto fue formalizado por reiterados delitos de desacato, uno de ellos en concurso formal con un delito de violencia privada.

Andrés Miles, abogado del septuagenario, tomó la decisión judicial de formalizar con 30 días de prisión domiciliaria a su defendido como una "victoria", ya que la Fiscalía había solicitado 120 días como medida cautelar.