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Internacionales

En casa de papelero

Finlandia, la exportación de celulosa y una vía de tren polémica: no sólo pasa en Uruguay

La construcción de una vía de tren en Finlandia para favorecer a las plantas de celulosa y la industria forestal ponen en riesgo al único pueblo indígena de Europa.

18.04.2019 11:57

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2019-04-18T11:57:00-03:00
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El proyecto del Ferrocarril Central se ha popularizado en Uruguay como "el tren de UPM". La construcción de una nueva planta de celulosa en el país está supeditada a esta obra, que es considerada clave por los finlandeses para decidirse por la inversión en nuestro país.

El anuncio de la construcción del tramo ferroviario, sin embargo, estuvo marcado por la polémica. No solo la oposición criticó que se gastara tanto dinero en una obra cuyo principal objetivo es favorecer a UPM. Vecinos que se verán afectados por su construcción se oponen por el impacto eventual que les significará y anunciaron acciones judiciales contra el Estado. De hecho, hay al menos 30 vecinos que afirmaron que no entregarán el terreno para el tren de UPM, lo que tendrá que ser dirimido por la Justicia.

Pero la polémica por la decisión de instalar una vía de tren, a impulsos de intereses finlandeses, no solo se da en Uruguay. Ocurre en la propia Finlandia. Desde hace un año, varias organizaciones -entre ellas Greenpeace- denuncian el Ferrocarril Ártico, un proyecto ferroviario finlandés.

El Gobierno quiere construir una vía férrea que una Finlandia con el Océano Ártico, con el fin de atraer industrias basadas en la extracción de recursos naturales en el norte de Finlandia y también para crear una nueva ruta de exportación para la celulosa y derivados, señaló Greenpeace.

Sin embargo, el plan finlandés podría ser catastrófico para el único pueblo indígena de Europa: los samis, que habitan las tierras del norte de Noruega, Suecia, Finlandia y parte de Rusia. Un tramo de la vía del tren partirá en dos el ecosistema de los samis, que llegan a 10.000 en Finlandia y a unos 100.000 en total.

La construcción del tren "será catastrófica", asegura Jarmo Pyykkö, asesor del pueblo sami en el uso de la tierra, en un informe realizado por el diario El País de España. Los samis viven del pastoreo de renos tradicional, que se basa en la absoluta libertad de los animales y la migración rotatoria a través las tierras que atravesará el tren. Dependen de esta libertad para conseguir su alimento.

El tren hará imposible la migración de renos en búsqueda de comida en las diferentes épocas del año, aunque los impulsores del proyecto anunciaron la creación de puentes para los animales. Pese a ello, Timo Lohi, director ejecutivo del Corredor Ártico, reconoce que el tren será un "obstáculo" para el pastoreo tradicional. A este tema se suma que la construcción llevará actividad humana a un lugar intacto, sin impacto medioambiental (más allá del producido por el calentamiento global).

Aunque el Gobierno finlandés asegura que habrá beneficios económicos para los habitantes de la zona, según Pyykkö "los únicos que se beneficiarán del tren son las empresas extranjeras que inviertan los 2.900 millones de euros que va a costar su construcción, especialmente las chinas".

Celulosas y algo más

"Las tierras y bosques de los samis ya están fragmentados por la industria forestal y otras actividades. El Ferrocarril Ártico amenazaría incluso más sus territorios, cruciales para su estilo de vida de pastoreo de renos", señala Greenpeace en un comunicado.

En una carta, la artista sami Jenni Laiti lo expresó en forma más clara. Además de los problemas con los renos, "luego llegará todo el tráfico y la infraestructura; calles de acceso y ruidos que completarán la industrialización de la tierra. Una vez que el tren de alta velocidad comience a correr, podría golpear y matar a muchos de nuestros renos que cruzan o duermen en las vías".

"Pero esto es solo el comienzo. Para justificar la vía de tren, el Gobierno finlandés está alentando inversiones en más plantas de celulosa, más minas e incrementando la explotación de los bosques. Si vieran lo hermosos que son, estarían de acuerdo en que convertirlos en papel higiénico para vender a China sería un crimen. Estos bosques no solo están hechos de árboles: son la columna vertebral de nuestra cultura e identidad", escribió.

En forma similar se expresa el representante nórdico de Greenpeace, Matti Liimatainen,. "El Gobierno de Finlandia apuesta a que el Ártico en derretimiento proveerá una ruta de comercio para explotar las tierra samis. Quieren más plantas de celulosa y más industria forestal en Finlandia. Es de locos. No podemos darnos el lujo de perder más sumideros de carbono ni la biodiversidad de estos bosques del norte", afirmó.