La muerte de un caballo durante las tradicionales jineteadas de Semana de Turismo volvió a poner sobre el tapete esta actividad, condenada por los defensores de los animales como una crueldad innecesaria, y defendida por sus practicantes como un valioso elemento de la cultura y tradición nacionales.

"Hoy en Uruguay, cerca del 60% de la doma es racional", aseguró Marcelo Gonzáles, especialista en esta técnica de adiestramiento, en declaraciones al programa Visión Nocturna, emitido por Radio Uruguay.

"Fui criado en el campo y viví todo lo que se hacía con el trabajo del caballo y su doma tradicional", recuerda el experto, quien subraya que "no hay que culpar a nadie" por eso, ya que "era el sistema que había y no se conocía otro".

Para llevar a cabo la doma racional hay que "ponerse en lugar del caballo" y tener en cuenta que, para el animal, los humanos somos a priori depredadores.

El caballo es presa y su instinto como tal le hace huir ante el depredador que es el hombre. Cuando se sienta acorralado se defenderá y dará coces, mordiscos, etc,". Por ello, las técnicas de este tipo de doma amigable pretenden hacer que el caballo entienda que "ese presunto depredador no le va a hacer daño, sino que va a ser un educador, un amigo".

En la doma racional, presente hace unos 30 años en Uruguay, quedan excluidos los castigos físicos y se procura que "prime el sentido común".

"Es un animal muy noble, y si se le da entender que vas por las buenas, va a reaccionar de la misma manera", explica.

Interrogado acerca de la posibilidad de que la doma racional sustituta a la que se practica en las jineteadas, Gonzáles señala que son cosas distintas.

"Domesticar a un caballo para andar, disfrutar, se logra" con la doma racional. "Lo otro es una cultura, una tradición, un deporte, otra cosa", puntualiza.