A 120 metros de altura, en la cima de un lujoso edificio de 33 pisos, el magnate Vijay Mallya construyó en India su mansión cotizada en US$20 millones y que es una réplica de la Casa Blanca—pero de dos pisos—.

Sin embargo, por ahora, no puede ocuparla. Y tampoco está previsto que lo haga en el corto plazo.

Es que Mallya, que hizo una fortuna a través de la marca de cerveza Kingfisher, se fue de India hacia el Reino Unido en 2016 —cuando la mansión aún estaba en construcción— por ser señalado ante deudas millonarias por préstamos impagos y en medio de acusaciones de fraude.

Por tanto, según consignó el portal especializado en negocios Business Insider, India ha intentado en distintas ocasiones extraditar al multimillonario. Aunque, de momento, no ha tenido éxito.