Con la intención de que el servicio de emergencias se torne más universal y accesible, el Ministerio del Interior planteó la iniciativa de nombrar los tres números del teléfono de emergencias por separado. Es decir, "nueve, uno, uno" (9-1-1) y no "novecientos once" (911) como se hacía hasta el momento. El número sigue siendo el mismo, pero cambia la forma de denominarlo popularmente.
"¿Por qué debemos decir 9-1-1 y no 911?", informó el Ministerio del Interior. "La idea es universalizar el servicio para que todos los ciudadanos que se encuentren en un caso real de emergencia sepan a qué número llamar", aclara.
"Según indican estudios psicológicos realizados en Estados Unidos sobre el servicio 9-1-1, es más fácil y accesible para un niño digitar por intervalos. Aunque es posible que el niño pueda recitar el número once, no logrará reconocerlo en el teléfono", agrega la información.
El psicólogo Jean Piaget elaboró teorías de pedagogía donde sostenía que a medida que el ser humano se desarrolla, comienza a utilizar esquemas cada vez más complejos para organizar la información que recibe del exterior y que conformará su inteligencia y pensamiento a futuro, recuerda el comunicado del Interior.
"El número constituye una estructura mental que elabora cada niño mediante una aptitud natural de pensamiento. Para adquirir la noción de número, el niño atraviesa por varias etapas: al principio los memoriza sin entender el significado del número, posteriormente va logrando la correspondencia uno a uno. El niño empieza a contar del uno al diez a los cuatro años y tarda aproximadamente un año más para asociar el número que dice con la figura que representa. Recién en primero de escuela tendrá instalada esta función", agrega.
Robert Taroco, director del Centro de Comando Unificado (CCU), informó a UniCom cómo es el procedimiento cuando un niño se comunica con el 9-1-1. "El telefonista le habla en su mismo lenguaje a modo de obtener la mayor información posible para solucionar el problema en cuestión", dijo. El CCU cuenta con personal especializado trabajando en la recepción de las llamadas.
No solo para los niños es más accesible la simplificación de la sigla; también lo es para los adultos mayores, quienes muchas veces se encuentran solos sin tiempo ni posibilidad de pensar en un momento límite, según esta información.
El Ministerio del Interior aclara que Uruguay no es el único país que decidió implementar este cambio en la fonética y gráfica de su servicio de emergencias, sino que varios países de América y del mundo ya lo han hecho.
Si bien no existe una estadística acerca de la cantidad de llamadas de emergencias realizadas por niños y ancianos, estas ocurren a diario y -probablemente- el número y frecuencia aumente con esta nueva manera de llamar al servicio, indica el Ministerio del Interior.