Justino Zavala, un reconocido productor lechero y actual tesorero de la Asociación de Tamberos de Canelones, estaba llegando a Montevideo a una reunión de las gremiales del sector con el ministro Fernando Mattos cuando le avisaron que se había comenzado un incendio en su tambo, ubicado cerca de la localidad de Aguas Corrientes, en el departamento de Canelones.
Zavala, que hace más de 30 años es productor lechero, contó a Montevideo Portal que “nadie sabe cómo comenzó el foco ígneo, aunque aparentemente empezó desde la ruta para adentro del campo”.
“Por donde empezó hay un montecito de eucalipto que lo quemó todo. Agarró por el campo, por las linderas, contra los alambrados, que generalmente son alambrados viejos. Tiene árboles, y contra el alambrado siempre se forma un poco más de suciedad y se juntan arbustos. Eso arde como loco”, contó el productor rural, que detalló que finalmente el incendio consumió 30 hectáreas de las 40 que tiene el campo.
El tambero relató que, después de arder “todo eso”, el fuego llegó a los silopack de alfalfa y ardieron los 50 que quedaban de reserva. Según el productor rural, cada uno de esos silopack tiene un valor de mercado actual de alrededor US$ 100, lo que totaliza una pérdida de alrededor US$ 5.000.
“Lo peor fue que se quemó también la alfalfa con la que se producen los silopack que estaban al lado. Eso es más caro, porque reponer 15 hectáreas de alfalfa tiene un costo aproximado de US$ 10.000. Ahora va a haber que plantar todo de vuelta y la producción va a llevar tres meses”, comentó Zavala.
La ayuda de vecinos
Aunque el productor siguió el minuto a minuto con su celular desde Montevideo, en contacto con trabajadores del tambo, destacó que “aunque fueron los bomberos, el trabajo central fue el de los vecinos”.
“La verdad es que fue imponente la ayuda de los vecinos y el trabajo de acá, de los funcionarios del campo. Ese campo está sobre la ruta 46 y tiene una salida contra el camino de entrada de Aguas Corrientes, que forma una especie de proa. Si llegaba el fuego a la otra punta, estaba a 1.000 metros de la usina de OSE de Aguas Corrientes. A una distancia similar está el monte nativo del río Santa Lucía. Si llegaba hasta ahí no lo paraban más”, detalló Zavala.
El tambero contó que trabajaron más de 30 personas para apagar el incendio y que se utilizaron cuatro tractores para hacer cortafuegos.
“La gente con mangueras, con tarros, trabajó con lo que viniera para apagarlo, hasta que lo pudieron controlar en la mitad del campo. De Bomberos vino una camioneta con tres funcionarios que trabajaron con mochilas que había que recargar. Se evitó una catástrofe, porque si no se paraba el fuego, llegaba a las casas. Se paró 200 metros antes de donde comienzan las casas. En el mismo establecimiento hay una casa en la que vive uno de los muchachos. Al costado hay una viña con más viviendas y al lado un pequeño barrio que se llama Costa Hermosa. Si no se paraba ahí, no se paraba más, iba a ser un problema grande”, resumió Zavala.
Cuando el fuego te lleva las pocas reservas que te quedan, que añito que viene cabortero el 2023 pic.twitter.com/hn77gNeEG8
— justino zavala (@zavala_justino) January 17, 2023