El caso de la mansión swinger: cómo la implicada en el crimen se hizo de un capital millonario

El caso del asesinato del profesor Edwar Vaz, en Punta del Este, continúa generando repercusiones. No solo el aspecto judicial despertó el interés de la prensa uruguaya y argentina sino también los ingredientes de la historia que están por fuera del núcleo de la investigación policial: las fiestas swingers, la participación de un funcionario menemista, el vínculo con la comunidad gitana.

El diario Clarín envió un equipo periodístico a Punta del Este para intentar reconstruir los inicios de esta historia, que actualmente tiene en prisión a la ex esposa del profesor, acusada de haber orquestado el asesinato de su ex marido.

¿Cómo llegó esta mujer y su ex marido a ocupar la mansión Gipsy Queen, ubicada en Beverly Hills? Todo comenzó hace 15 años, cuando un exmiembro del gabinete del gobierno de Carlos Menem conoció a la detenida y una de sus amigas en un casino.

L.M tenía entonces 23 años y su amiga 20; el funcionario argentino 50. Ambas se acercaron al hombre, al percatarse de que jugaba cerca de 15.000 dólares por tirada. El político conoció a ambas y quedó prendado de la amiga de la implicada, que según Clarín trabajaba en La Casa de Naná. El político comenzó entonces a visitar el famoso prostíbulo para ver con más frecuencia a su nueva amiga.

Un tiempo después, "completamente enamorado", el político compró en Punta del Este por 100.000 dólares un terreno que puso a nombre de la mujer para que construyera una casa. Allí es donde se edificó "Gipsy Queen", que tras la difusión de este caso pasó a conocerse como la "mansión swinger".

L. M., que se casó con Vaz en 1997, había conocido a su amiga en Montevideo años antes, donde le dio brevemente clases de apoyo de matemática cuando era adolescente. Se convirtieron en "amigas y hermanas". En el 2003, mientras L.M vivía con el profesor en Montevideo, su amiga le contó que el político argentino finalmente le había dado dinero para construir "la casa de sus sueños" en Punta del Este y que allí habría lugar para que vivieran todos, inclusive ella con su marido (el profesor) y sus dos hijos.

L.M fue la encargada de planificar las obras. Se construyeron dos casas simétricas en lotes contiguos; una era habitada por la familia del profesor y la otra por su amiga, junto a su novio de entonces. En la parte de atrás se edificó un quincho con pista de baile, cine y gimnasio.

Época swinger

Un tiempo después comenzaron a realizarse las fiestas swingers privadas, en las que participaban también figuras políticas y por las que se cobraba una entrada muy cara. La crónica de Clarín rescata algunas anécdotas de la época (como la vez en que la implicada salió desnuda al balcón para celebrar el penal del Loco Abreu a Ghana) que dan cuenta del período en el que los vecinos se dieron cuenta de la naturaleza de las fiestas que se celebraban en el lugar.

¿Cómo convivía Vaz con estos hechos? Trabajaba en el mantenimiento de la mansión y al comienzo cobraba tragos en las fiestas. Luego dejó de participar y, cuando se celebraban las fiestas sexuales, se quedaba con sus hijos en la casa del fondo.

En el 2016, ambos se divorciaron, aunque según el abogado de Vaz hace muchos años que estaban separados de facto. Un tiempo después, decidió iniciar la demanda contra la mujer por realizar maniobras fraudulentas para ocultar bienes gananciales (los puso a nombre de su amiga), adquiridos en el período en que convivieron en la casa. Ese es el móvil que según la Fiscalía motivó que la mujer contratara dos sicarios para acabar con su vida.

Lavado de dinero

La Justicia abrió una causa para determinar cómo se blanqueaban los ingresos de las fiestas sexuales que se organizaban allí.

Se incautaron papeles que serán analizados comprobar si hubo lavado de activos. L.M y Vaz tenían también un apartamento en un edificio ubicado sobre avenida Roosevelt y Oslo. Además, en 2012 la mujer compró un Mercedes Benz SL 350 modelo 2011 valuado en 90 mil dólares, además de camionetas 4x4 y otros autos.

El otro punto oscuro es que la amiga de L.M figuraba como administradora de la casa, que fue vendida a un magnate brasileño en el 2013 por 1.3 millones de dólares. Sin embargo, la mujer declaró que este empresario les permitió a las mujeres quedarse a vivir en la mansión "porque le gustaba cómo la conservaban". De allí a que se iniciara una investigación para conocer el origen del dinero.